Iluminación Roura ha sido la empresa encargada para la producción de los 16 candelabros artísticos. Para llevarlo a cabo, se han adoptado las tecnologías del presente y del pasado, de tal manera que se han industrializado algunos procesos y otros se han realizado artesanalmente mediante forja. El acero es el material elegido para toda la estructura, que una vez fabricado ha sido galvanizado por inmersión.
El primer paso fue el de diseñar en 3D el candelabro y todos los elementos que lo conforman, para poder analizar todos los detalles constructivos y poder calcularlo estructuralmente, mediante elementos finitos.
En este proceso de fabricación cabe destacar el proceso constructivo del dragón, el cual se ha realizado en tres etapas. Tras el diseño y modelado del dragón con arcilla por el escultor Oscar Berlanga, se escaneó en 3D y se obtuvo un archivo para poderlo manipular con ordenador. Con el fichero digital se trabajó mediante personal y programas específicos de diseño de modelaje para poder producir con maquinaria de control numérico el molde. Una vez construido se procedió a la fabricación de los 16 dragones en fundición de aluminio.
Otro punto relevante de los candelabros han sido las luminarias, las cuales han sido fabricadas con tecnología LED y una temperatura de color de 3000K. De esta manera se ha podido unir tradición con innovación para crear así un espacio único y, sobre todo, confortable.
El Paseo de Gracia de Barcelona, el parque Shima cerca de Osaka (Japón) y la Gran Vía de Ceuta son los únicos lugares del mundo donde se han instalado estos candelabros tan exclusivos.
Candelabros que no dejan indiferente a nadie, ya que incrementa el patrimonio de la ciudad, embellecen la calle donde se instalan y crean un icono turístico. Un buen ejemplo es el paseo de Gracia de Barcelona donde se ha convertido en un icono cultural y una figura icónica para artistas y suvenires. Un paseo que todo turista que visita la ciudad condal pasea por ella y que lo más probable es que acabará sucediendo también en Ceuta.
En la segunda mitad del siglo XX, se produjo una transformación radical en el corazón de la ciudad de Ceuta. La apertura de una avenida de considerables dimensiones en pleno centro, arrasó con la totalidad de la trama urbanística originada por siglos de civilizaciones superpuestas. La actuación conservó exclusivamente el entorno de la Plaza de Ntra. Sra. de África, de la cual nace la citada avenida denominada Antonio López Sánchez-Prado. Se han necesitado más de cuarenta años para que se conformara con edificaciones residenciales de tipologías noventeras. El resultado final ha sido una avenida más propia de un crecimiento urbanístico de extrarradio, que de un centro histórico. Inicialmente, la plaza de África contenía un cinturón de aparcamientos y estaba inconexa a la avenida Sánchez-Prados, pero desde enero de 2018 se ha desarrollado una actuación que pretende actualizar el lugar y acercarlo al concepto de «centro histórico» implantado en las principales ciudades europeas. De esta manera, se han podido crear espacios amplios en la medida de lo posible, eliminar barreras arquitectónicas, poner en valor los elementos históricos, etc. Los peatones son una parte muy importante del proyecto, por esto se ha peatonalizado la zona y se han creado espacios destinados para ellos.
Con independencia de la elección de materiales nobles para pavimentar todo el ámbito público y la ordenación lógica de una avenida transitada tanto peatonalmente como por vehículos, la principal apuesta se ha centrado en tener un elemento singular que refuerce la imagen de la zona y pretenda convertirse en un referente iconográfico para Ceuta. Este elemento corresponde a dieciséis candelabros de estilo modernista que incorporan elementos personalizados que permiten contar la historia de la ciudad, el pasado, el presente y el futuro. El diseño muestra una gran similitud a los existentes en el Paseo de Gracia de Barcelona, realizados por Iluminación Roura, pero se han incorporado elementos propios de la ciudad de Ceuta. El primero de ellos consiste en un gran dragón diseñado expresamente para esta obra, e inspirado en los pequeños dragones que custodian el acceso principal al consistorio. Éste sustenta la luminaria prevista sobre las aceras. También se ha incorporado el escudo de la ciudad (adaptado al estilo modernista del conjunto) y se ha colocado una esfera armilar que corona todo el conjunto y que permite mostrar el origen portugués de la ciudad. Todo ello nace de una base de granito silvestre moreno de geometría sencilla, que pretenden romper con la sinuosidad de las formas adoptadas por el metal y llevar al conjunto, de alguna forma, al minimalismo que impera en los diseños actuales.
Todos estos trabajos han permitido conformar un diseño artístico que permite encajarse perfectamente con su entorno, dotando así la avenida de una imagen señorial. Otros elementos de la avenida con influencia en las decoraciones incluidas en los candelabros son la marquesina de entrada al aparcamiento subterráneo y todos los bancos que se distribuyen por toda la plaza y parte de la avenida. Con este conjunto se ha podido crear un espacio armonioso y actual, con pincelada clásicas que permite representar el patrimonio histórico de la ciudad.
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