Cautivos, así se encuentran los populares en el Gobierno de España al no contar con el apoyo suficiente en el Congreso. Cautivo de nacionalistas, sediciosos, populistas, indefinidos y otras especies políticas que para nada defienden el interés general de toda España. Si los populares tuvieran mayoría absoluta ¿otro gallo cantaría ?
La oportuna aparición de la política vedette de Podemos y la pinza formada por el bullanguero apoyo de un canal mediático que ahora se desvela en juzgados, resultaron insuficientes para evitar la caída abrupta de los populares en las últimas elecciones generales, eso sí, sufriendo un voto de castigo que no les ha permitido tener mayoría suficiente para gobernar con independencia, seguridad y estabilidad.
Los populares fueron incapaces de escapar de la maldición de la corrupción, el abandono de las bases ideológicas y la traición a su electorado más fiel. Esto les pasó factura, y ahora se las ven y las desean para alcanzar acuerdos de gobierno sin antes tener que pasar por caja para abonar la factura de turno.
Se cifra en unos 4.000 millones y la ruptura de un sistema de redistribución justa y solidaria, la cuenta que los populares han tenido que pagar para obtener el voto favorable del PNV a los Presupuestos Generales del Estado. Cifra nada desdeñable, que supone un aumento respecto al año anterior de más de 1.800 euros por habitante en una de las regiones más ricas de España y con menos problemas de paro, pobreza y desarraigo social. Trasladar esa cifra, proporcionalmente a Ceuta supondría un aumento de más de ¡140 millones de euros! que nunca llegarán. Pero esa cifra no sólo no se ha trasladado a nuestra Administración Local sino que, sin lugar a dudas, se ha detraído del resto del Estado, porque al contrario de lo que publican los populistas, constatando sus incapacidades para gobernar, el dinero no se imprime apretando un botón.
Quizá Ceuta dependa netamente de las aportaciones solidarias del resto de España -como muchas otras ciudades- pero los parámetros sociales, la condición de insularidad, y la servidumbre fronteriza nos hace ser justamente acreedores de más atenciones estatales que, ahora no pueden prestarse porque se está pagando a precio de oro el voto de los nacionalistas en el Congreso.
La culpa no recae exclusivamente en el PP. Si los populares tuvieran la mayoría suficiente, o la suma PP más Cs bastara, la nación no se vería sometida a un indiscutible chantaje económico por parte de los nacionalistas. Al PSOE, dormido profundamente o mortalmente herido, posicionado en las mismas trincheras que los populistas -ya casi nadie se atreve a distinguirlos- ni está, ni se le espera, permanece ausente, pasivo, indolente, ante los ataques furibundos que toda la nación recibe en la cara de un Gobierno desgastado que pese a acumular buenas noticias con cifras en verde, se encuentra sobrecargado de esqueletos en el armario golpeando para salir.