Más de 1.300 vehículos pagados por la Unión Europea (UE) van a vigilar las costas de Marruecos dentro del programa de "control de fronteras", y los primeros, según confirmaron a Efe fuentes policiales marroquíes, ya han comenzado a llegar en los últimos días.
Según los cálculos realizados por Efe, serán un total de 1.113 vehículos de cuatro ruedas, en su gran mayoría coches todoterreno, más 227 motocicletas los que garantizarán el control de las costas, que suman 3.500 kilómetros contando el litoral del Sáhara Occidental, aunque los más sensibles son los 512 del Estrecho y el mar Mediterráneo, por su mayor proximidad a España.
La cooperación migratoria entre la UE y Marruecos ha dado discretamente un vuelco en el año 2019 para centrarse en objetivos estrictamente policiales, según personas que siguen de cerca la cooperación con el país norteafricano en los últimos años y que ponen de relieve que los programas de asistencia e integración a los emigrantes han pasado a segundo plano.
Los programas europeos están financiando no solo el parque rodado, sino también lanchas semirrígidas, drones, radares, sistemas de comunicación de radio y un sofisticado equipo informático, que participan también del control de las costas, según los documentos disponibles.
Marruecos siempre ha argumentado que el control de las costas y el consiguiente despliegue de 13.000 hombres (sumando agentes de la Marina Real, la Gendarmería, la Policía y las Fuerzas Auxiliares) le cuesta "más de 200 millones de euros anuales", según dijo a Efe en 2018 Jalid Zeruali, director de Migraciones y Vigilancia Fronteriza.
El despliegue, que ahora parece estable y continuado, genera una serie de necesidades logísticas para la tropa que también van a ser cubiertas por la UE: en el paquete migratorio se han incluido camiones cisterna para agua (10) y para gasolina (8), camiones frigoríficos para transporte de alimentos (8) o ambulancias (10).
Marruecos comenzó solicitando el dinero para hacer su propia gestión de gastos, pero la parte europea contestó que prefería que Rabat presentara una lista con sus necesidades concretas.
Esa lista comenzó siendo muy larga, e incluía demandas como helicópteros y barcos de vigilancia, aunque los europeos les hicieron ver que eso se llevaría el grueso del presupuesto y que valía más diversificarlo en productos menos costosos, dijeron a Efe fuentes al tanto de esas negociaciones.
Marruecos suele invocar ante sus interlocutores el caso de Turquía para exigir un nivel de compromiso similar por parte de Bruselas, pero los europeos responden que los casos son incomparables: Turquía es el país del mundo con mayor número de refugiados (3,68 millones a fines de 2018) frente a los 7.775 acogidos por Marruecos, según cifras de ACNUR.
Los vehículos destinados al control fronterizo están siendo proporcionados por las dos entidades que gestionan los 140 millones de ayuda acordados por la Unión Europea a fines de 2018 dentro de su Fondo Fiduciario de Emergencia de la UE para África.
Estas entidades son la española Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP, pública), que gestiona una partida de 44 millones de euros, y el Centro Internacional para el Desarrollo de una Política Migratoria (ICMPD, siglas en inglés, organismo semipúblico basado en Viena y Malta), con una partida de unos 40 millones.
En contraste con la opacidad de Marruecos, que no ofrece ninguna información al respecto, la FIIAPP y el ICMPD han hecho públicas (como es obligatorio) las licitaciones de vehículos y material diverso a las que las empresas pueden optar para suministrar sus necesidades a Marruecos.
En el caso de FIIAPP, solo el suministro a Marruecos de 384 vehículos (de ellos "230 todoterrenos tropicalizados") con servicio de mantenimiento incluido tendrá un coste de 26,01 millones de euros. Se encuentra "en fase de resolución", según dijeron a Efe fuentes de FIAPP.
En enero próximo la fundación fallará la licitación por otros 200 todoterrenos (la mitad automáticos y la otra mitad "tipo pick-up"), con un coste de 13,31 millones, además de cinco embarcaciones semirrígidas, todo ello a entregar en el puerto de TangerMed.
Más rápida ha sido la gestión con el ICMPD, que ya ha comenzado a entregar a Marruecos su propio lote de 192 vehículos que incluyen "120 vehículos policiales polivalentes" suministrados por la casa FIAT a principios de diciembre.
Llama la atención que en este lote de ICMPD la licitación negociada con Marruecos habla abiertamente de la entrega de "26 minibuses o vans de transporte de emigrantes en situación irregular", junto a "26 minibuses de transporte de personal" que visiblemente son distintos.
El ICMPD tiene todavía pendiente sacar una nueva licitación para otros 337 vehículos para Marruecos (70 monovolumen, 60 todoterrenos y 72 van, entre otros) y 227 motocicletas, tras un primer intento que anuló por no cumplir las empresas los requerimientos exigidos.
Aunque es el parque móvil el que se lleva la parte más elevada del presupuesto migratorio, éste incluye también una sofisticada red tecnológica y de comunicaciones, que el ICMPD atribuirá antes de fin de este año: incluye 1.999 ordenadores, 984 impresoras en color o blanco y negro, 400 tabletas, 400 cámaras, 4.760 escáneres (la mitad de ellos para recoger huellas dactilares), discos duros, cargadores o cables.
Quince "unidades de vehículos aéreos sin piloto" (es decir, drones) también forman parte de otra licitación separada, así como cuatro lotes de equipos completos de radio y otros lotes separados de radares marítimos (cinco), GPS portátiles, sistemas de cartografía y otros aparatos de vigilancia.
Pese a que todo este material de control migratorio está todavía mayormente por llegar, las autoridades marroquíes ya han comenzado a mostrar un mayor celo en el control de sus fronteras, y las cifras hablan por sí solas.
A mediados de diciembre, y de acuerdo con el Ministerio del Interior español, las llegadas irregulares a España por vía marítima se redujeron en un 55,4 % con respecto al año anterior: de las 55.621 llegadas registradas en 2018 (del 1 de enero hasta el 15 de diciembre) se pasó a 24.796.
La "vía canaria" es la única que está creciendo (en un 70 %, hasta sumar 2.162 entradas en 2019), algo que concuerda con la mayor actividad de pateras detectada en la costa atlántica marroquí, fruto sin duda del control más exhaustivo de la costa mediterránea.
El Ministerio del Interior marroquí, en su informe presentado ante el Parlamento en noviembre, señaló por su parte que este año sus agentes han abortado 64.798 intentos de emigración clandestina a España y han desmantelado 154 redes de tráfico de personas.
Además, la Dirección General de Seguridad Nacional ha detallado a Efe que a lo largo del año sus agentes han detenido a más de 500 "organizadores" de operaciones de emigración y se han incautado de 60 lanchas, 41 motores de gran capacidad y 66 vehículos usados por estas redes de tráfico de personas.
Cuando todo el parque automovilístico y el equipamiento tecnológico financiado por la UE esté ya entregado y a pleno funcionamiento, estas cifras podrían subir todavía más y reducirse drásticamente la emigración irregular.
El pasado 11 de diciembre, la Comisión Europea anunció un nuevo fondo de 101,7 millones de euros para "apoyar los esfuerzos de Marruecos para combatir el tráfico de seres humanos y gestionar la inmigración irregular", una partida sobre la que no se conocen todavía muchos detalles.
Incluyen -según fuentes que han seguido las negociaciones- el compromiso de Rabat para una cooperación más estrecha con Frontex, un control más severo de la venta de embarcaciones con motor, la automatización de los puntos fronterizos y la formación en agentes especializados en falsificación de documentos.
Este paquete deberá recoger además programas de concienciación entre los jóvenes marroquíes y sus familias sobre los riesgos que afrontan al tratar de cruzar el Mediterráneo.
Esta mención pone el acento en un detalle que Marruecos suele eludir, y es el hecho de que una parte importante de las salidas ilegales de emigrantes son sus propios nacionales: la quinta parte, según los datos del Ministerio de Interior marroquí, que coinciden en lo esencial con los de su homólogo español.
Algunas pateras que salen hacia España las ocupan jóvenes del interior del país llenos de desesperación y de sueños: el pasado 28 de septiembre un bote con 56 jóvenes salidos de Kalaat Sraghna (región agrícola del centro del país) naufragó en las playas de Mohamedía, entre Rabat y Casablanca, y solo aparecieron tres supervivientes.
Se encontraron 19 cadáveres y el resto están todavía desaparecidos. Tenían por delante más de 300 kilómetros de agua.
"Ven que los chicos que emigran a Italia y España consiguen dinero para ayudar a sus padres y comprar coches, y también ellos se animan a ir allí a trabajar, para aliviar la carga de sus familias", decía entonces a Efe Noredín Sarguini, amigo de varios de los desaparecidos.
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