Los 12.000 hamams (baños árabes) tradicionales que existen en Marruecos son grandes consumidores de madera, y suponen un problema ecológico y económico, según se puso hoy de relieve en un foro organizado en Rabat para presentar alternativas energéticas destinadas a este sector. Los bosques marroquíes proporcionan 3,25 millones de toneladas anuales de madera de combustión, lo que supone poco más de la mitad de la demanda nacional (6 millones de toneladas), concentrada sobre todo, en las viviendas particulares en el medio rural del país, donde la madera sirve para cocinar y calentarse. Pero el ministro de Energía marroquí, Aziz Rabah, presente en el foro, destacó el hecho de que hay en Marruecos más de dos millones de talleres de todo tipo de oficios (panaderos, herreros, albañiles o fontaneros) que funcionan con hornos tradicionales y son grandes consumidores de madera. Estos talleres son, como los baños árabes, unos grandes contaminantes del espacio urbano por sus deficientes sistemas de quemado de la madera, además de la sobreexposición que suponen para los bosques del país. El foro de hoy consistió en presentar modelos de "calderas mejoradas" para que puedan servir en un primer momento como sistema de calentamiento del hamam mediante de la utilización de biomasa en lugar de madera; esa biomasa puede proceder de huesos de aceituna, cáscaras de frutos secos o serrín compactado. Este sistema permitiría a los baños tradicionales aumentar su rendimiento energético en un 40 %, ya que las nuevas calderas cilíndricas y metálicas impedirán la fuga de calor que se produce en las calderas tradicionales. Por el momento, las nuevas calderas que funcionan con biomasa se han probado en algunos "hamams pilotos" con resultados positivos, y ahora la Agencia Marroquí de Eficacia Energética va a emprender una campaña para tratar de convencer a los dueños de los hamams de su interés en migrar hacia el nuevo modelo más ecológico y más económico.