“La falta de guardias civiles en Ceuta nos preocupa por la situación geográfica que nos convierte en la primera frontera europea, pero también por nuestra singularidad y extraordinario tránsito”.
Una vez más, observamos cómo las continuas llamadas de atención y alerta de la Asociación Española de Guardias Civiles caen en saco roto. El último incidente en la Casa Cuartel de Ayamonte (Huelva), donde un encapuchado colocó e hizo explosionar un artefacto de escasa consideración vuelve a poner de manifiesto lo tremendamente preocupante de la escasez de efectivos en la Guardia Civil y, en el caso de Ayamonte, donde prestan servicio tres especialidades con distintos cometidos, además de proteger a las familias que viven en el acuartelamiento.
Más preocupante es, si cabe, por la ya conocida alerta 4 con un elevado riesgo de terrorismo yihadista, sin abandonar por supuesto la vigilancia del tristemente célebre terrorismo nacional, así como posibles ramificaciones del crimen organizado cada vez más envalentonado por las carencias de personal de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, carencias que no tardan en aprovechar los delincuentes.
La falta de guardias civiles en Ceuta nos preocupa por la situación geográfica que nos convierte en la primera frontera europea, pero también por nuestra singularidad y extraordinario tránsito de personas y vehículos. Difícilmente encontraremos una Comandancia en la que se preste el servicio en las condiciones de Ceuta. Una Aduana del Tarajal con un tránsito de miles de ciudadanos que provocan una constante presión y estrés en los guardias civiles al tener que registrar vehículos y pasajeros con la exigencia moral y profesional de causar los mínimos inconvenientes a los usuarios y hacerles perder el menor tiempo posible, pero siempre conjugando las órdenes de servicio y seguridad. También es importante resaltar el Servicio que presta la Compañía Fiscal en el Puerto de Ceuta, transitado por miles pasajeros y vehículos que obligan a los guardias civiles a desdoblarse en múltiples funciones y tareas con el handicap de prestarlo con la máxima celeridad para evitar el colapso del Puerto, pero con la exigencia y calidad que caracteriza a la Institución. En esta misma Unidad debemos prestar una especial mención a los compañeros encargados de la localización de sustancia estupefacientes en vehículos que, en unos pocos minutos, tienen que registrar a cientos de vehículos para localizar droga y detener a los delincuentes.
En otro apartado, pero no menos importante, esta la Compañía de Seguridad Ciudadana, encargada de la vigilancia del Perímetro fronterizo, apoyo a la Compañía Fiscal en la Aduana del Tarajal, Seguridad Ciudadana en las proximidades de la Aduana, vigilancia de la Costa de Ceuta, carreteras nacionales de la Ciudad Autónoma y la vigilancia de edificios públicos “juzgados, Delegación del Gobierno y prisión”. Tampoco en una cuestión baladí el servicio de Seguridad de la Comandancia y otras dependencias oficiales. Estos compañeros también se ven obligados a multiplicarse en sus funciones al entrar de servicio un menor número de guardias civiles.
No reconocer la falta de guardias civiles en Ceuta es una temeridad que no podemos permitirnos, ni pueden permitirse los responsables de que esto suceda y, por supuesto, no hay que buscar esa responsabilidad entre los que vestimos este honroso y querido uniforme de Guardia Civil. Nosotros estamos dispuestos a realizar los esfuerzos que la sociedad nos requiere, porque ese es el espíritu centenario de la Institución, pero esto no nos impide hacer llegar a los ciudadanos la situación que estamos atravesando que no es otra que la de realizar los servicios en unas condiciones de extraordinaria presión, porque nos esforzamos y desdoblamos para no defraudar a la sociedad ni a nuestra Institución.
Queremos hacer un punto y aparte, para que conozcan los ciudadanos, que está situación no es por Operación Paso del Estrecho, ni al tránsito extraordinario de personas que se trasladan a Marruecos en estas fechas, porque la falta de personal es absoluta durante todo el año y, por tanto, la presión se hace cada vez más difícil de soportar por los compañeros. No es un hecho puntual lo que venimos a denunciar, es absolutamente una situación permanente en el tiempo que se hace difícil de soportar. Ningún guardia civil se quejaría por una situación puntual o extraordinaria.
Este es el marco social y profesional en el que nos encontramos, y esa es la razón, por la que la Asociación Española de Guardias Civiles se ve en la obligación moral de solicitar con carácter de urgencia CIEN GUARDIAS CIVILES PARA CEUTA y la convocatoria de una oposición extraordinaria para comenzar a recuperar el déficit de personal provocado por las jubilaciones y la escasa oferta de empleo público que nos ha hecho perder un 20% de nuestras plantillas.