El pasado 7 de octubre de 2023, una “jauría inhumana” atacó con fines criminales, no “solo” el Festival Nova, no “solo” los Kibutz del sur de Israel, sino a toda la civilización occidental.

La masacre que llevaron a cabo los terroristas de Hamas, las humillaciones, las torturas, las violaciones, estuvieron apoyadas logísticamente por Irán y esos actos perpetrados revistieron un carácter de brutalidad, crueldad y barbarie, impensable en pleno siglo XXI.

Vídeos de los mismos terroristas confirmaron la brutalidad empleada y el orgullo exhibido por ellos mismos al protagonizar tal horror, tanto disparando indiscriminadamente a jóvenes en el Festival, como penetrando en casas particulares, asesinando,  mutilando y decapitando a personas indefensas (incluyendo embarazadas, niños, ancianos e incluso mascotas…), violando a mujeres y hombres, quemando vivos en sus casas a personas que celebraban pacíficamente la festividad de Simjá Torá.

Tal nefasto día, Hamas  asesinó a más de 1.200 personas y secuestró como rehenes a otras 251, de las cuales hoy en día 101 siguen en poder de los terroristas de Hamas. Y la Cruz Roja Internacional ni siquiera les ha visitado ni prestado ningún tipo de ayuda humanitaria.

El Festival Nova, cerca de Rein, que se celebraba en el desierto del Neguev, en Israel, donde los aficionados a la música electrónica iban a disfrutar de múltiples conciertos, se convirtió en una pesadilla y una trampa mortal de la que la mayoría de los asistentes no sabían cómo escapar. Los carteles optimistas, por la paz y festivos se convertían posteriormente en tablones tratando de encontrar a sus seres queridos desaparecidos, después de que los terroristas de Hamas irrumpieran en el festival, abriendo fuego y convirtiéndolo en el mismo infierno.

La sociedad mundial ha sido testigo del cruel secuestro de jóvenes, mayores, niños, arrastrados, maltratados, llevándolos a Gaza como rehenes, sin que la conmoción perdurara en el tiempo. ¡Qué rápido se ha olvidado el mundo de esas personas que siguen secuestradas! El antisemitismo imperante en el mundo hoy, financiado por los islamistas radicales, cuyo fin es destruir no solo el estado de Israel sino a la civilización occidental, está triunfando por desgracia. Los principales dirigentes mundiales se limitan a emitir comunicados y frases de carácter puramente “estéticos”, pero lo que impera es el doble rasero con el que se califica a un estado democrático que defiende a su población y a la actividad de grupos terroristas, poniendo a ambos al mismo nivel.

Considerando que el máximo deber de todo estado democrático es defender a sus ciudadanos, Israel se ha visto obligado a una acción bélica, para desmantelar a los grupos terroristas de Hamas y Hezbolá, y con el propósito principal de rescatar a todos los rehenes restantes y devolver a sus casas a las aproximadamente 100.000 personas que han sido desplazadas de sus casas, por seguridad.

Hemos observado como las millonarias subvenciones que el mundo occidental ha ido aportando a los palestinos, en ningún momento han llegado a ellos, al pueblo. En lugar de alimentar, cuidar y proteger a su población y en definitiva desarrollar su zona, los grupos terroristas las han utilizado para la construcción de túneles de comunicaciones, para el contrabando de armamento, construcción y depósito del mismo y para ser el refugio de los terroristas, mientras la que población permanece expuesta en la superficie.

Es vergonzoso que la ONU o el llamado “Tribunal de Justica Europeo”, entre otros, aprueben y dicten resoluciones condenando a los que están salvando a Occidental de la radicalidad extremista y violenta, sin interceder sin embargo por la liberación de los secuestrados/as. No quieren ver que en un futuro próximo puede ser nuestra desarrollada sociedad la atacada por esos mismos grupos terroristas islamistas, imponiendo su retrógrada “ley”.

Por todo ello, hoy seguimos viviendo en el siniestro 07 Octubre  de 2023, y nuestras oraciones se elevan por la liberación de los/as secuestrados/as ya. Tenemos muy presentes a los  asesinados, a los secuestrados y también a las víctimas civiles inocentes, responsabilidad y consecuencia de la situación creada exclusivamente por Hamas. Para finalizar, mencionar lo que dejó escrito un soldado del estado de Israel poco antes de caer en combate: “Una persona no lucha por odio a lo que tiene enfrente, sino por amor a lo que está detrás de él”, Amit Segal.

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