Los vítores de estos pequeños rocieros arrancaban una romeria muy especial: la de los alumnos del Colegio San Agustín que, a imagen y semejanza de sus mayores, han rendido homenaje a la Blanca Paloma.
Las pequeñas carretas, un simpecado de reducidas dimensiones y unos romeros más que entregados, salían a la calle bajo los sones de tambor y las miradas de admiración del público asistente.