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La Funeraria Al Qadr facilitó todos los trámites de forma gratuita al ser un caso de extrema necesidad
Zhora descansará por siempre en su pueblo. Era su deseo y el de su familia. Una unidad muy humilde, sin sustento económico, mucho menos para poder sufragar los gastos de una repatriación. La Funeraria Al Qadr, tras comprobar que se trataba de un caso de extrema necesidad, asumió todos los trámites y en la mañana de ayer posibilitó la repatriación del cuerpo de Zhora sin cobrar nada a la familia. Sus trabajadores arreglaron toda la documentación y prepararon el cuerpo que en la mañana de ayer conseguía pasar la frontera para encauzar trayecto hacia la montaña para unirse ya con sus vecinos y familiares. Al otro lado de la frontera se le hizo un pasillo al coche funerario y se facilitó en toda medida su pase. Desde la Funeraria Al Qadr han agracedido a las administraciones marroquí y española, local y estatal, la facilidad para el desarrollo de todos los trámites.
Zhora, de 56 años, viuda por dos veces, vivía sola con sus hijas. De las cuatro solo una está casada y las otras tres dependían del dinero que podía traer la fallecida a casa. Solo tiene un hermano que se dedica a hacer las típicas ‘chapuzas’ en casas, con residencia en Tánger. Zhora, sola con sus hijas, venía a Ceuta para ganarse la vida pero no como porteadora, como desde algunos sectores rápidamente difundieron, sino intentando vender verdura. Su muerte, envuelta en la absoluta fatalidad, se produjo al golpearse la base del cráneo contra el asfalto, sin que la conductora de la motocicleta que la atropelló fuera a gran velocidad o condujera de forma imprudente como han aseverado varios testigos.