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Denuncia que la Casa Real marroquí no tiene idea del futuro de sus menores y que Europa puede dar un toque de atención por el negocio del porteo y sus condiciones
El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, afirmó ayer que Marruecos “ningunea” a las dos ciudades autónomas al afrontar problemas fronterizos y por eso el Gobierno “tiene que asumir su responsabilidad” para abordar con el país vecino la inmigración magrebí y los pasos fronterizos.
En rueda de prensa ofrecida ayer a su regreso de Madrid (en Ceuta aún no se ha ofrecido valoración alguna), Imbroda explicó que todos estos temas fueron abordados en una reunión de dos horas a la que asistió también el presidente de Ceuta, Juan Vivas, con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, además de otros altos cargos del Ejecutivo central.
Imbroda afirmó que estas cuestiones podrían ser resueltas desde un punto de vista “local” si las autoridades de Ceuta y Melilla pudieran hablar con las de las zonas limítrofes marroquíes y se llegara a un acuerdo, pero como no es posible, eso obliga a afrontar este asunto desde el ámbito nacional.
“Que ellos decidan, pero que lo arreglen”, exigió el presidente autonómico al recordar que el Gobierno de Melilla atiende en estos momentos a 600 menores marroquíes y cada día hay 30.000 personas del país vecino que pasan la frontera hacia la ciudad autónoma, además de los 15.000 marroquíes que viven en ella. En el caso de Ceuta hay 200 menores y el número de entradas por la frontera es similar.
Imbroda denuncia que ni el Gobierno de Marruecos ni su Casa Real conocen el problema de los menores extranjeros no acompañados, porque si lo supieran “lo habrían arreglado”. Señaló que en Ceuta tienen “problemas graves” por este asunto, y aunque Melilla triplica la cifra, cree que se está soportando la situación porque probablemente tiene “más experiencia en el tratamiento de estos problemas”.
Imbroda indicó que no se trata de un problema de que el Estado destine más dinero a Ceuta y Melilla para atender a estos menores marroquíes, sino de que éstos retornen a su país de origen para estar con sus familias y “su arraigo. No soltarlos, que se queden al albur y ahí te quedas”, ya que la imagen que está dando Marruecos con sus menores es “mala y bochornosa”, y por eso cree que ni la Casa Real ni el Gobierno de Marruecos saben “lo que está ocurriendo con sus niños”.
Melilla tiene, según los datos de Imbroda, casi un 19% de su población inmigrante, prácticamente toda procedente de Marruecos, y es el doble de la media nacional, que está en un 9%, pero la ciudad autónoma, al igual que Ceuta, tiene una economía limitada que requiere “hacer más tarta” para poder atender a todo el mundo.
Señaló que ante esta situación, “la vara mágica la tiene, en todo caso, el presidente del Gobierno de España” y no los Ejecutivos de Ceuta y Melilla, de ahí que en su reunión con Saénz de Santamaría y Zoido ambos presidentes autonómicos pidieran soluciones para la frontera, que necesita una actuación propiciada por el acuerdo entre España y Marruecos.
También dijo que es necesario “tomar cartas en el asunto” del paso de mercancías desde las dos ciudades autónomas a Marruecos, el denominado comercio atípico, porque de lo contrario, podrían llegar “medidas drásticas y un toque de atención grave” por parte de Europa. “Somos europeos y nos pueden decir desde Bruselas qué hacen ustedes, que estamos en el siglo XXI y esto (el comercio atípico) parece una plantación de café de Virginia del siglo XVIII”, dijo, convencido de que Marruecos tiene que tomar medidas para ordenar a los porteadores evitar la “entrada en tropel” en la apertura de los pasos fronterizos.
Imbroda insistió en que el Gobierno de España “tiene que asumir su responsabilidad” porque desde este lado de la valla no se puede “llegar” al país vecino.