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La función El pequeño poni, la representarán en el Revellín a las 12.00 horas para los centros escolares y mañana a las 21.00 horas para el público en general
Roberto Enríquez es un rostro destacado dentro del panorama de la interpretación de nuestro país. Con papeles en series de televisión como Vis a Vis, Isabel o Hispania, también ha hecho incursiones en la gran pantalla llegando a trabajar en numerosas películas. Aunque hoy llega a Ceuta de mano del arte que le vio nacer, el teatro, y con una obra que ya ha causado “expectación” y “conmoción” en los diferentes puntos de la geografía de nuestro país donde se ha representado. Es El pequeño poni, una lacra sobre el acoso escolar que lleva a escena junto con María Adánez, y de la que habla para El Faro. La obra la representarán en el Revellín esta mañana a las 12.00 horas para los centros escolares y mañana a las 21.00 horas para el público en general
–¿Por qué ver El pequeño poni ?
–Principalmente porque es necesario hablar y hacerse eco de este gran problema que nos asola como es el acoso escolar. Una lacra que se ha silenciado durante mucho tiempo y que por suerte desde hace años se le empieza a dar voz.
–¿Cuál es la clave de esta obra?
– Creo que lo magnífico de esta función y que la diferencia de la gran mayoría es que tiene la llave para entrar en el espacio emocional del espectador.
–¿Cómo definiría a su personaje?
–Es un hombre liberal que tiene una relación sana con su familia, y en él predominan los valores progresistas que además se acentúan cuando surge el problema. Ya que, a diferencia de su mujer que adopta una actitud más conservadora, el padre prioriza la libertad y los deseos de su hijo para que se enfrente al resto que no le acepta. El problema es que a medida que avanza la obra este tipo bastante tolerante acaba traicionándose a sí mismo, comportándose como un talibán con quienes más quiere. Pero es que nada es blanco ni negro, hay matices de grises en todos los seres humanos.
–Si se diese el caso, ¿usted como padre cómo habría actuado?
– Es muy fácil teorizar porque cuando surge una situación así y te da una bofetada de ese calibre nunca sabes cómo vas a reaccionar, aunque si tuviera que adelantarme creo que adoptaría la misma actitud que mi personaje.
–Al principio comentaba que era un problema que se había silenciado, pero ¿cree que todavía en muchos centros se tapa por miedo a que dañe su imagen?
–Me refería más bien a un silencio social, en el caso de los centros educativos no sé cómo funciona en cada comunidad, pero en el caso de Madrid sí que tengo datos y estos vierten que más del 80% de los casos derivados de actos muy graves se han producido en centros privados y/o religiosos. Ya que, la moral propia de estos centros hace que la tendencia a tapar estas situaciones sea más frecuente que en los públicos, que cuando se registra un caso deben iniciar un protocolo.
–En Ceuta llevarán a cabo una doble función, mañana para el público en general y hoy para los colegios e institutos ¿Qué supone la representación de hoy a la que asiste un público muy vinculado al tema?
– Es un privilegio y una responsabilidad. En primer lugar porque es nuestro público del futuro, ya que siempre que represento una obra me pregunto dónde está el público joven. Y por supuesto la responsabilidad de hacerlo bien y conseguir hacerles llegar el mensaje de la obra, porque suele pasar que algunos vienen super concienciados pero en otros casos no terminan de captar la situación. En todo caso esperamos conseguir llevárnoslos al huerto.