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Los ciclos formativos son alternativas cada vez más atractivas para los alumnos que ven en estas materias una salida factible al mercado laboral
Comenzó como una Escuela Pericial de Comercio en torno a los años 60. Fue evolucionando hasta convertirse, a mediados de los 80, en un IES de Formación Profesional. Con la implantación de la LOGSE se incluyeron la ESO y los Bachilleratos de Ciencias así como de Humanidades y de Ciencias Sociales. “El propio centro se retroalimenta a sí mismo y muchos de nuestros alumnos terminan en la Formación Profesional básica o en los ciclos medios de Administración, Comercio e Informática”, apunta el director del IES Puertas del Campo, Javier Pérez.
Frente a la universidad, muchos jóvenes optan por este tipo de ciclos formativos, un criterio que, a juicio de Pérez, es adecuado fomentar. “El mundo empresarial se surte cada vez con más frecuencia de los alumnos en los centros formativos y esto me parece muy acertado. En algunos casos se intenta que cursen estudios universitarios, pero otros acaban en este ciclo y es una vía muy válida y cualificada para conseguir su ansiado trabajo”.
Mientras lo consiguen, muchos de sus alumnos (unos 930 por curso escolar) se esmeran en sus materias favoritas, alzándose algunos de ellos con un merecido primer premio en concursos nacionales como el de ‘Una Constitución para todos’. Fue el caso del alumno de 4º de ESO, Hadil Ahmed. “Hice un poema dedicado a esta ley, que para mí es algo muy grande porque tenemos una Constitución y unos derechos que muchos otros países no tienen”.
Yamila Chaib es otra ganadora, pero en este caso de un concurso de fotografía organizado por el centro. Su instantánea reflejando la naturaleza no deja indiferente a nadie. “Hice esta foto porque vivo en el campo y me gusta la naturaleza. Me sentí muy feliz y relajada”.
Muchos estudiantes acuden a la Biblioteca para estudiar, leer o preparar trabajos de clase. “También es un aula multifuncional y se hacen muchas actividades. Vienen tanto profesores para reunirse y elaborar proyectos o alumnos y tiene esa doble función”, apostilla la profesora del Convenio del MECD, Juana Albarracín.
El IES mantiene una estrecha colaboración con unas 200 empresas donde los alumnos realizan prácticas formativas
Si el IES Puertas del Campo cuenta con una señal de identidad propia ésta es, sin duda, su apuesta por que sea “un centro democrático y participativo en el que intentamos que nuestros alumnos sean lo más responsables posibles, además de estar integrados en la propia sociedad y entorno empresarial”, apostilla Pérez.
Los alumnos que completen sus ciclos de Comercio Medio y Superior, Informática, Administración, Formación Profesional Básica o Secretaría de la Dirección completarán su formación con un periodo de 400 horas de prácticas que desarrollarán en distintas empresas de la ciudad a lo largo de tres meses, lo que se conoce como FCT, Formación en Centros de Trabajo. “La colaboración es con 200 empresas y va variando para que el alumno se pueda integrar en las entidades empresariales más adecuadas a su formación”, explica el coordinador de FCT.
Este año se estima que sean cien los alumnos que realicen sus prácticas en las empresas colaboradores. Aunque el estudiante no percibe ningún tipo de remuneración, las entidades que los forman sí recibe una pequeña ayuda por alumno por parte del Ministerio de Educación.
En el Ciclo Medio y Superior de Comercio, los alumnos aprenden todo lo relacionado con la materia de una manera muy práctica. “Hay un escaparate y mobiliario de tiendas donde hacen prácticas. Ahora están preparando el escaparate de Navidad, aunque se decora según la época del año. La clase es como una tienda y adquieren los conceptos necesarios para empezar a trabajar posteriormente”, asevera la profesora del Ciclo Medio y Superior de Comercio, Carmen Jiménez.
Además de las prácticas en Ceuta, el centro ha puesto en marcha el proyecto Erasmus Plus, un programa en el que ya han participado varios estudiantes y que les ofrece la posibilidad de trasladarse a Portugal, Irlanda, Malta, Italia y Francia. “A parte de mejorar el idioma, conocen otras culturas, a mucha gente y a otros estudiantes. Además completan la formación de una manera muy importante”, apostilla Jiménez.
Y si el idioma es un hándicap antes de viajar a esos países, los alumnos pueden formarse con un auxiliar de conversación en inglés, en este caso procedente de Irlanda. “Trabajo con niños y mayores, pero sólo conversación en general. También doy clases particulares de gramática y vocabulario de uno en uno o con dos personas para niños y adolescentes de varios niveles”, explica David Dyar.