La Guardia Civil informó ayer de la detención en la misma mañana de un hombre marroquí de 45 años como presunto autor del incendio que se registró en el Monte Hacho el pasado 28 de septiembre. Tras la extinción del incendio las primeras pistas recogidas en el lugar ya determinaron que el fuego fue provocado. Los agentes del Seprona y Criminalística han trabajado desde entonces hasta proceder a la identificación y arresto de L.A. al que se le imputa un presunto delito de incendio forestal por imprudencia grave.
De la investigación y conclusión de la Guardia Civil no se puede afirmar con rotundidad que la intención del detenido fuera incendiar el monte. Más bien fue debido a una imprudencia, quizá porque se estaba preparando algo de comer cuando el fuego se le fue de las manos. Y es que las pistas encontradas en el monte así lo apuntan. Piedras dispuestas en círculo con cenizas en el interior y el hallazgo de utensilios de cocina, como cacerolas y cubiertos, hicieron pensar desde el primer momento que el incendio vino de una mano humana.
Además, este suceso con la feliz detención del presunto autor, deja encima de la mesa una problemática de la que la Guardia Civil es conocedora. Los muy denunciados asentamientos ilegales en el monte por parte de indocumentados que no solamente ponen en peligro nuestro medio natural sino que también siembran de inseguridad a los ceutíes que viven allí. No es la primera vez, y El Faro se ha hecho eco de ello, de los robos y atracos que se han registrado en las viviendas de las barriadas aledañas al monte.
El empeño y la perfecta coordinación entre los agentes de la Benemérita ha permitido esclarecer este incendio que estuvo a punto de alcanzar el parque de San Amaro y los depósitos de la Dúcar. En otros siniestros naturales que en verano se dan a menudo en España, lamentablemente se quedan sin castigo. En el caso del registrado en el Hacho, el trabajo de la Benemérita ha sido fructífero.