Es complicado dar con los autores de un incendio. Son muchos los casos que han quedado sin su oportuna respuesta judicial por lo complejo de rastrear las escasas huellas que quedan en siniestros forestales. La Guardia Civil ha conseguido dar, de momento, con uno de los presuntos implicados en la quema del Monte Hacho. Ahora queda por saber si éste será el principio de una acción contundente en nuestros montes para evitar que los asentamientos de indocumentados permanezcan amparados en la inacción de las autoridades.
Han sido muchas las denuncias que hemos publicado sobre la presencia de campamentos en el monte. Llegamos a relacionarlos con los robos sufridos por vecinos de San Antonio y San Amaro, ya que los delincuentes eran indocumentados que luego trasladaban sus ‘botines’ al monte. No será el primero ni el último vecino que se ha pateado la zona superior de San Amaro y el monte para ir recuperando objetos robados. Por cierto, todo esto se denunció, no solo en prensa, también en la Policía (lo digo por lo de las estadísticas y demás).
Ahora, en base a las investigaciones de la Benemérita nos cuentan que el incendio imprudente se produjo en una zona en la que se hacían comidas. No será la primera ni la última vez que se ha avisado de la presencia de humo, como también del subir y bajar de individuos, algunos menores, que estaban habitando el lugar. El blog del saltamontes verde ha colgado imágenes como para sonrojarnos, qué diré de vecinos que han denunciado por todas las vías posibles lo que estaba pasando, alertando de estas situaciones y de sus posibles consecuencias.
Ahora que se ha confirmado una vía investigadora, confiemos en que de una vez por todas las autoridades hagan más caso a los ciudadanos y actúen cuando les llegan las denuncias, cuando se les advierte de los peligros, cuando se ponen sobre la mesa problemáticas que pueden tener como consecuencia lo que ahora sufrimos.
No es costumbre el reconocimiento de errores, mucho menos que se asuman responsabilidades. No se estila, parece como si provocara reacciones. No esperaba nada de quienes nos mandan, de quienes están obligados a cuidar lo que es de todos; pero quizá ahora muevan ficha para ordenar actuaciones que sirvan de parche antes de que manen las heridas.