El conductor del vehículo que fue interceptado en la noche de ayer por la Policía Local tras darse a la fuga en la avenida Reyes Católicos aceptó ayer una condena por un delito contra la seguridad del tráfico, por el que deberá asumir el pago de una multa de 1.200 euros y la permanencia de 8 meses sin poder conducir. El conductor, que es un agente de la Guardia Civil, tuvo que comparecer ayer en el juzgado para responder de los hechos ocurridos y que provocaron la intervención de la Policía Local llegando a protagonizar una persecución. Todo comenzó cuando los agentes vieron el vehículo en mitad de la carretera y en dirección prohibida tras recibir un aviso. Al ordenarle al conductor que colocara su coche delante del de patrulla, éste desobedeció las órdenes y se dio a la fuga, que terminó en Reyes Católicos. Los policías locales, que no sabían quién conducía y por qué obraba de esta manera, tuvieron que desenfundar sus armas y le obligaron a bajar del coche, momento en el que el conductor se identificó como componente del Instituto Armado. Ayer, tras su puesta a disposición judicial reconoció los hechos y asumió la pena acordada con el Ministerio Fiscal.