Tiene razón el portavoz de Caballas cuando afirma que la existencia de cientos de viviendas fuera de ordenación en nuestra ciudad es culpa de muchos Gobiernos que han mirado hacia otro cuando se estaba encontrando Ceuta con una realidad que no desean ver. Por eso que llama inacción han crecido hasta barrios enteros que, ahora, provocan en estos momentos una realidad que, simplemente, por causas humanitarias debe resolverse, como ha ocurrido en otras autonomías de nuestro país.
Que los distintos Gobiernos municipales y autonómicos durante los últimos cuarenta años hayan mirado hacia otro lado, no queriendo ver como estaba creciendo una Ceuta distinta que se iba a convertir en zonas de exclusión social ya no tiene solución, porque es que ni siquiera en la mayoría de las ocasiones se puede pedir ya responsabilidades políticas.
Cosa bien distinta es que, de una vez por todas y parece que ahora es así, el Gobierno de la Ciudad Autónoma ha puesto pies en pared, ha reforzado los servicios de control y no quiere dejar pasar ni una sola obra ilegal. Cierto es que no se trata de una operación fácil, porque en la mayor parte de las ocasiones son más listos quienes engañan que quienes deben vigilar a los mismos.
Pero también se debe hacer un llamamiento a la realidad, a esa realidad que se ha creado por la inacción de los políticos, porque hay casos que deben ser solucionados, ya que casi trescientas familias no tienen posibilidad de ni siquiera contratar el servicio de alumbrado eléctrico. El Gobierno se ha comprometido a encontrar una solución, ojalá sea así y de la manera más rápida posible.