Hemos asistido a un nuevo capítulo del esperpento político en clave local. No sé ustedes, pero a mí ya me cansan. Desde que los elegidos en el Plan de Empleo fueran utilizados como ‘apoyo’ a Trace (término políticamente correcto para enmascarar otras labores) se ideó una campaña de defensa de lo indefendible. Así que nos empezaron a contar historias para no dormir hasta hacernos creeer que esa labor “complementaria” podía ser permitida y ajustada a la legalidad. El propio presidente de la Ciudad defendía esta postura el día en el que compareció para mostrar sus deberes hechos sin atreverse a colocarse la nota. Poco después obligaban a que el portavoz Jacob Hachuel compareciera defendiendo unas tesis que hacían aguas por todos lados... así hasta que nos topamos con la noticia sorpresa de que, según Caballas, el Gobierno da marcha atrás y va a quitar a los elegidos en el Plan de Empleo de estas labores. Claro está, la noticia difundida por los localistas la debían saber ellos solos y el presidente, porque el resto del equipo seguía defendiendo a capa y espada lo que el presidente les había trasladado. ¿Resultado?, como viene siendo más que habitual, los deja con el culo aire, sin tener conocimiento de que las tesis han variado en base a... ¡bingo!, la paz social.
Pero no, no todo vale o no todo debe valer. Disfrazar de paz social para excusar un giro radical al tema que hasta hace poco se ha defendido no es lógico, como tampoco lo es alcanzar pactos sin que los demás miembros de un equipo que se supone actúa unido sepan la esencia de los mismos. Ahora se nos dice que los elegidos en el Plan de Empleo irán a limpiar los montes... es como si no supieran qué hacer con ellos y terminen usándolos a modo de pelotas sin tejado sobre el que caer.
Todo falla. Falla la comunicación, falla la organización de programas con cierto sentido y utilidad, falta el compromiso político para saber mantener una lína fija y constante que aporte eso que llaman CREDIBILIDAD. Hace falta todo eso y mucho más, con tal de que el esperpento que nos hemos montado deje de serlo y por una vez creamos en una política adecuada y que, cuando menos, no dé más virajes.