El Museo del Mar y Septem Nostra ya han puesto el dedo en la llaga. La situación que se ha vivido este verano en playas como las de Benzú y Calamocarro se ha debido a una especie de alga, que proviene de zonas cálidas como el Caribe y que por distintas circunstancias se encuentra en el Estrecho. Las dos asociaciones han explicado que la situación es más que dramática porque este alga puede cambiar el ecosistema de nuestras costas si no se toman medidas urgentes, lo más rápidamente posible. Además, por lo visto, también otras playas de ciudades como La Línea de la Concepción o Estepona también se han visto afectadas. Y, por lo visto, nada más que es el comienzo.
Bueno sería que las autoridades y responsables medioambientales tanto estatales, como de ambos lados del Estrecho tomen pronto medidas y que sean los técnicos quienes trabajen de manera conjunta para encontrar medidas que permitan solucionar lo que se nos viene encima.
Al igual que sucede en otros hechos, donde Septem Nostra ha avanzado lo que podría suceder si no se tomaban medidas, confiemos en que en esta nueva ocasión no nos vayamos a lamentar más adelante.
Estamos obligados a donar un medioambiente lo más digno posible a la futura generaciones. Todos somos responsables para que no se cumpla la profecía.