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La joven Gema Pérez ha retomado sus clases y ahora se forma en un ciclo de Jardinería
Hay pocos ceutíes que no recuerden el terrible accidente que sufrió la joven Gema Pérez. Un vehículo la arrolló en un paso de cebra en San José el 25 de enero de 2015 y, desde ese instante en que su cuerpo salió despedido y golpeó contra el asfalto, su vida y la de su familia han dado un giro radical.
Más de dos años después de ese trágico día, varias operaciones y la fuerza de voluntad de Gema, han sido decisivos para que esta joven de 20 años se recupere poco a poco. “Gema está muy bien, le pusieron su hueso el 19 de mayo y cada día va a mejor. Queremos que se recupere la niña que era, o si no que se independice, que pueda salir y entrar y hacer lo que hacía antes del accidente por sí misma”, comenta esperanzada su madre, Rosa Martos.
Después de la operación, los médicos no les han dado expectativas de recuperación. Será necesario esperar entre tres y cuatro años para comprobar una mejoría. “Nos dijeron que se recuperaría mucho más, pero la parte infantil se le quedará”, apunta Rosa.
Mientras Gema, todo optimismo, mira a la vida con su eterna sonrisa. “Estoy bien, operada y muy bien. Gracias a dios estoy viva. Voy a clase y han llorado por mí todos, hasta la profesora. Voy a clases de Jardinería, que me encanta, me pongo un gorro y estoy estupendamente”, explica la joven.
Después del golpe sufrido por esta familia, hace unos meses tuvo que revivir la tragedia en el juicio que se celebró en Los Penales y que dejó en libertad al autor de los hechos, pese a que se declaró culpable. “No es que llegáramos a un acuerdo, la sentencia fue una multa, pero no podía pagarla porque no tenía dinero y le echaron una pena de 9 meses de prisión pero al no llegar a los 2 años no entró en la cárcel. Si recurríamos, íbamos a estar seis o siete años con este tema y la abogada nos dijo que el resultado iba a ser lo mismo y yo tenía ganas de que esto terminara y estar tranquilos de una vez”, apunta la madre de Gema.
Ahora se enfrentan a un juicio breve para la indemnización de la víctima, pero mientras siguen a la espera de conseguir un hogar digno en el que poder vivir. Fue un compromiso de la Ciudad en marzo del pasado año cuando Gema se encontraba en estado crítico en el hospital. “Yolanda Bel nos aseguró que tendríamos una vivienda digna, pero a día de hoy no nos han llamado ni dicho nada. No queremos que nos la regalen, la vamos a pagar como podamos, porque mi marido sólo tiene un trabajo de fin de semana. Esta casa no reúne requisitos para cinco personas, tres de ellas (Gema, mi hija mayor y yo con discapacidad). Es pequeña. Yo duermo con Gema en mi dormitorio, mi marido en el cuarto de las niñas y mis otras dos hijas cada una en un sofá”.
A pesar de esta situación, Gema mira a la vida con esperanza y sigue sin perder la sonrisa cuando su hermana Estefanía le dedica una de esas canciones que tanto la emocionan.