Aseguran los parlamentarios que “lo que realmente sucedió en el pleno del Congreso es que Coalición Canaria forzó al Gobierno de Zapatero, y por tanto al Grupo Parlamentario Socialista, a cambiar de posición en su intención de eliminar la financiación estatal del transporte de residuos, ya que de lo contrario amenazaba con retirarle su apoyo parlamentario, del que anda cada vez más necesitado un Gobierno en desbandada, que el jueves mismo tenía que salvar la votación del techo de gasto presupuestario, que había sido rechazado el día anterior por el Senado. Por tanto, no hay ningún presunto trabajo del señor Carracao detrás de ese cambio de posición de última hora, sino un vergonzoso intento de atribuirse méritos ajenos después de haber sido ninguneado e ignorado por su propio partido”, denuncian.
Sobre las acusaciones del socialista a los parlamentarios a los que dijo, literalmente, que no daban palo al agua, éstos replican. “Carracao vuelve a la carga con un argumento escasamente democrático, que es el de manifestar que los parlamentarios no trabajan. Alguien con su trayectoria profesional (ignota) y política (puesto a dedo en diversos cargos y en la propia secretaría general de su partido) debería ser más prudente a la hora de calificar el trabajo de los demás. Lo único cierto en el caso que nos ocupa, es que ha sido el trabajo de denuncia de los parlamentarios del PP, desde la oposición, el que ha permitido poner de manifiesto ante la opinión pública ceutí una deslealtad con Ceuta y con los ceutíes que, si finalmente ha sido evitada, lo ha sido únicamente gracias a que la medida afectaba también a Canarias, además de a Baleares y a Melilla”, sentencian en un comunicado de prensa.
Una historia de posturas variables
El PP insiste en que en todos los asuntos de importancia que han sido objeto de polémica en los últimos meses, Carracao “ha optado por evitar el ridículo apuntándose méritos ajenos: en el asunto de las bonificaciones en la seguridad social, fue la postura de prudencia del PP la que evitó que el PSOE se pronunciara en el Congreso en contra de lo votado por ese mismo partido en la Asamblea; en el de la Ley de Contrabando, no hay nadie que crea que su modificación se deba al PSOE, pues sólo cuando dicho partido se vio entre la espada y la pared, tras la aprobación de las enmiendas en el Senado, cambió de posición”, dice. Ahora se repite con la Ley de Residuos. “Quien le obliga a hacer equilibrios sobre el alambre es su propio partido”.