La situación que se está viviendo durante los últimos días en la Policía Local viene a ser la confirmación de que aunque se produzcan cambios, el problema no es de nombres, sino de capacidad de decisión y de autoridad a la hora de intentar que funcione un Cuerpo que con más de trescientos cincuenta integrantes. Se dan situaciones que al final empañan la buena labor de una gran mayoría. No es normal que un sindicato denuncie que existe una mano negra que ha provocado el corte en la red de telecomunicaciones del Cuerpo y no pase nada de nada. Como si lloviera. No es normal que un viceconsejero y un jefe del Cuerpo, aunque sea accidental como en este caso, se enfrenten, de cara a la galería les indiquen que haya que decir lo contrario. Son detalles que hacen y demuestran que se está ante un cortijo en el que nunca nadie ha querido meter mano. Lo que sucede es que Policía es sinónimo de seguridad. Y en esto nos la estamos jugando todos.