Un nuevo seis de enero nos visita. El primer año de una nueva década y los problemas, muchos de ellos, siguen impertérritos detrás de nosotros como si fueran sombras permanentes a las que es casi imposible abandonar. Pero ya casi nos hemos acostumbrados a vivir con ellos. En los últimos años hemos pedido el punto final a una crisis que nos azota despiadamente, pero, sin embargo, el socavón es cada vez más profundo. Algunos piden incluso quedarse al menos como están, porque bajar más ya es casi imposible. Ojalá que los Reyes Magos nos traigan un poco de esperanza, porque también nos alimentamos de ilusiones, aunque nubarrones que se aproximan por el horizonte pueden descargar precipitaciones peligrosas. Sin embargo, Ceuta siempre ha sobrevivido a todos los tsunamis económicos, sociales y políticos que nos han azotado durante miles de años de historia en este punto de cruce de civilizaciones y donde la confluencia del Atlántico y el Mediterráneo ha dejado huella.