Los vigilantes de seguridad que prestan servicio en el
Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta, CETI, han alzado su voz a través del sindicato
CCOO. Y lo han hecho para poner de manifiesto
la tensión diaria que viven ante un colectivo frustrado por estar retenido ante
la reducción de los traslados a la Península. De hecho, durante el estado de alarma hubo dos salidas, después todo ha quedado bloqueado. Esa frustración, aseguran los vigilantes, se materializa en “una tensión diaria importante, que deriva en intentos de agresiones físicas, agresiones verbales, desplantes, amenazas, apedreamientos… Se ha convertido en una situación habitual que parte de los residentes vuelva al centro con signos de embriaguez y que provoque incidentes a diario”, advierten. El último episodio de tensión se produjo en la madrugada del miércoles, pero los vigilantes de seguridad indican que vienen sufriendo esta situación desde hace tiempo.
Incidencias constantes y desprotección
“Cada vez que se producen, ponemos en conocimiento de la Dirección del CETI la incidencia producida y aunque se han tomado decisiones disciplinarias no han servido para reducir la tensión, ni para rebajar los incidentes y su gravedad”, lamentan. El personal de seguridad indica que trabaja “conforme a instrucciones que recibimos de la Dirección del CETI y de la propia empresa concesionaria del servicio, sin que en ningún momento impongamos protocolos de actuación y rutinas propias, sino las diseñadas por nuestros superiores y estamos en una situación de absoluta desprotección y también con una falta de respaldo, no siendo estas las mejores condiciones para poder desarrollar nuestra misión”, concretan en un comunicado. “Desde esta nota queremos hacer pública la situación que vivimos para general conocimiento de todos los ciudadanos y alzar la voz ante todos los responsables de la Administración, para que adopten las medidas necesarias, que protejan nuestro trabajo y nuestra integridad física”.