Los
vecinos de
Poblado Regulares de Ceuta se encuentran “cansados” por la situación que están viviendo en la barriada con las
obras conjuntas con
Los Rosales. Se ha llegado a tal situación que los residentes han puesto el grito en el cielo este viernes y han frenado a los camiones paralizando así los trabajos. El encargado de la obra contactó con la Policía Nacional para poner remedio y que los trabajos pudieran progresar. Los vecinos no quieren crear “problemas” solo que la
Ciudad cumpla con su palabra y las obras se
sigan manteniendo su proyecto original. Por eso, el presidente de la barriada, Ali Hamido, ha señalado a las cámaras de FaroTV que este próximo lunes irá al Ayuntamiento para mantener una conversación con el consejero de Fomento, Alejandro Ramírez. De no ser atendidas las demandas de los vecinos se movilizarán a las puertas del Palacio de la Asamblea.
Uno de los problemas es que en la barriada “hay mucho paro”. Hamido ha señalado que le prometieron que esos trabajos iban a servir para dar una labor a los jóvenes de la
barriada, algo que no se ha cumplido. “He tenido varios problemas con los vecinos porque hay mucho paro, la gente no trabaja y lo está pasando mal. Al principio no se podía porque solo era trabajo de maquinaria y tuve que hablar con los vecinos para tranquilizarlos. Me comprendieron y a pesar de que querían paralizar la obra, no lo hicieron”, ha señalado. Ahora no han cumplido. Hamido no entiende que el proyecto haya cambiado “sin previo aviso” y que ese giro no haya sido explicado a los vecinos de Poblado Regulares que son los que más han luchado para la mejora del barrio.
“Lo que no puedo permitir es que saquen un proyecto y al día siguiente otro. El proyecto va ser distinto. He hablado con las personas que trabajan aquí y me han indicado que esta zona de mi barriada va ser de aparcamiento y la zona de Los Rosales de ocio. Cómo pueden hacer ese cambio si yo tengo ese proyecto y no era así de un principio”, ha explicado. Una situación de desespero ya que Hamido ha afirmado que llevan 9 meses soportando las obras “comiendo polvo” y con una carretera que cada vez cuenta con más grietas por culpa de los camiones. “Encima que he estado tranquilizando a los vecinos, señalando que esto había que aguantarlo porque era una mejora para el barrio, ahora sin avisar hacen un cambio de un proyecto con un coste superior a los 3 millones de euros”.