El anterior Gobierno de Vivas creyó hasta última hora que podría llevar antes de las últimas elecciones el nuevo
Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para su aprobación provisional al Pleno. Sobre la bocina, el Ministerio de Transición Ecológica, con el que debe firmarse a cuatro manos el último dictamen preceptivo de acompañamiento, pidió más tiempo para revisar el trabajo realizado por la Administración autonómica.
Pasada la cita con las urnas y ya formado el nuevo Gobierno, la titular de Fomento y Medio Ambiente, Kissy Chandiramani, se ha encontrado con una nueva reivindicación del Estado que obligará a retrasar un poco más la llegada del documento al Pleno.
“El Ministerio de Transición Ecológica ha pedido un nuevo informe de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) porque el Plan de Inundaciones deber estar conforme al PGOU”, explicó este martes la miembro del Ejecutivo local, que el pasado viernes remitió “toda la documentación” al organismo responsable de la gestión del agua en la demarcación.
Esta misma semana, los responsables de la Administración local se han reunido con el representante de la CHG en Ceuta, Salvador Durá, a quien han pedido “la mayor agilidad posible” a la hora de emitir su dictamen sobre la compatibilidad entre el referido Plan de Inundaciones y la información que contiene el PGOU en elaboración.
El objetivo último del Plan de Gestión del Riesgo de Inundaciones (PGRI) es, según el Plan Hidrológico de Ceuta y para aquellas zonas determinadas en la evaluación preliminar del riesgo, “conseguir que no se incremente el riesgo de inundación actualmente existente y que, en lo posible, se reduzca a través de los distintos programas de actuación, que deberán tener en cuenta todos los aspectos de la gestión del riesgo de inundación, centrándose en la prevención, protección y preparación, incluidos la previsión de inundaciones y los sistemas de alerta temprana”.
Protección ante “actuaciones inadecuadas”
La Confederación estima que el mecanismo que produce la inundación permite clasificarla en tres tipos: por desbordamiento de cauces principales; por falta de drenaje urbano; o por temporales en las costas. La Administración debe “garantizar que los nuevos desarrollos sean seguros y no expuestos a inundaciones” y que las zonas inundables “sean utilizadas para su propósito natural, que continúen funcionando con eficiencia y que estén protegidas de actuaciones inadecuadas”.
Siete zonas con un “riesgo potencial significativo” de inundación
Los documentos de planificación hidrológica del ciclo vigente identificaron siete áreas con un “riesgo potencial significativo de inundación” en Ceuta que se corresponden con Arroyo Benítez, Cañada Ortega y Barranco Central, Arroyo de las Bombas, Arroyo de las Colmenas (en todos los casos de origen fluvial), Benzú, La Almadraba y la Muralla (las tres de tipo costera).
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) llevó a cabo, en colaboración con la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, la determinación de las zonas inundables y de los mapas de peligrosidad y riesgo en la demarcación hidrográfica de la ciudad autónoma en el marco de lo establecido en la Directiva de Inundaciones.
Desde su punto de vista, el incremento del riesgo de exposición a las avenidas e inundaciones en el ámbito de la demarcación responde fundamentalmente “al importante desarrollo urbano experimentado en las últimas décadas”.
Su diagnóstico hace hincapié en que “los usos de la cuenca, que hace escasamente veinte años eran netamente de carácter rural, hoy en día están destinados a usos urbanos: barrios y polígonos industriales, con deficientes infraestructuras de drenaje ante episodios de intensas lluvias”.