El traslado a Cádiz del pequeño
Ismail, el niño tetuaní de 10 meses que padece leucemia, está cada vez más lejos de producirse. Aunque parecer la única forma de que el menor pueda salvar la vida, las trabas burocráticas se han vuelto en contra del pequeño y de su familia. Esta semana, Amal, la madre de Ismail, y Amina, su abuela, vinieron hasta Ceuta para solicitar ante la
Policía Nacional un permiso para poder viajar a la Península, concretamente al Hospital Puerta del Mar en Cádiz, donde el pequeño tenía una cita médica para la revisión de su estado el pasado jueves 21 de noviembre.
Una vez en la comisaría, la Policía aludió a la deuda que aún guardaba la familia de Ismail en el Hospital
Universitario. Como su madre ya no cotiza ante la Seguridad Social, debían una factura superior a los 2.600 euros por los 10 días que el niño estuvo ingresado en el centro hospitalario, un pago del que no podían hacer frente. Con semejante adeudo, la Policía le indicó que primero debía abonar la cuenta, además de solicitar el visado.
La angustia empezó a crecer entre Amal y Amina, ya que los días previos para la consulta en Cádiz se agotaban y veían imposible recaudar el dinero. Sin embargo, a veces, en estos casos donde se da todo por perdido, surge un alma caritativa que en esta ocasión fue la mujer a la que Amina cuida aquí en Ceuta, su empleadora, quien decidió pagar de su bolsillo la factura que mantenía pendiente en el HUCE.
Las esperanzas volvieron a la familia, ya que se habían librado de un gran peso y posibilitaría el traslado de Ismail a Cádiz. Pero la alegría le duró poco, ya que en el mismo Hospital le advirtieron que igual que había tenido que pagar en Ceuta, probablemente en Cádiz le reclamarían también el abono de los más de dos meses que estuvo ingresado en el Hospital Puerta del Mar, donde le detectaron la leucemia y desde donde está a la espera de un donante de médula.
Amina, la abuela, lo dice claro: “No podemos pagar lo que nos pidan y el niño se nos va a morir”, explica esta mujer sin apenas contener las lágrimas.
Y es normal que la preocupación y la angustia crezca por momentos, ya que el mismo miércoles que acudieron a pagar lo que debían al HUCE, Ismail empezó a vomitar sangre, lo mismo que le ocurrió en verano antes de saber de su enfermedad. El pequeño de 10 meses se quedó ingresado hasta la noche, intentando estabilizar su estado de salud.
El último ingreso hace a la familia ponerse en lo peor, ya que son muchos los frentes abiertos que tienen. Por un lado perdieron la cita en el hospital de Cádiz, donde creen que le van a reclamar una alta cantidad de dinero por los tratamientos ya aplicados a Ismail. Por otra, ni siquiera pueden viajar a la Península porque no cuentan con el visado para poder hacerlo.
Todas la familia se siente impotente de ver como Ismail empeora por días, no está siendo tratado ni en España ni en Marruecos, donde tampoco pueden costearse la atención médica.
Aunque han empezado a tramitar el visado en el Consulado de Tetuán para que Ismail y su madre puedan viajar a Cádiz, temen que la demora para expedir este permiso llegue demasiado tarde y el pequeño, de apenas 10 meses, muera sin poder haberle dado el tratamiento y las atenciones que necesita.
La familia sigue pidiendo ayuda para el tratamiento
Fueron muchas las personas que se interesaron por Ismail cuando su historia salió publicada en El Faro, sin embargo, muchas de esta ayuda no ha podido ponerse en contacto con Amina, la abuela de la criatura, o bien no han podido ayudarla a conseguir el permiso para que el pequeño viajara con su madre a Cádiz. Aunque finalmente han podido cubrir los gastos de Ceuta, les preocupa no poder pagar el tratamiento que le tengan que aplicar en Cádiz y mucho menos si ya lo adeudan, como parece ser el caso. Esta familia llora por no poder darle a este pequeño lo más básico para que pueda lograr una vida estable mientras que llega el ansiado trasplante.