Nervios, emoción y tensión a partes iguales se respiraba en las Puertas del Campo momentos antes de las 19.00 horas. El motivo: Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado, conocido como el Medinaceli, saldría por las calles de Ceuta para continuar sembrando la esencia
cofrade y conmemorar el
75 aniversario de la refundación de la corporación. No era
Lunes Santo pero lo parecía, ya que muchos han sido los ceutíes que no han querido perderse el momento en el que se han abierto las puertas de la Casa de Hermandad de esta querida Cofradía para comenzar a ver un cortejo formado por mantillas, hermanos de luz, autoridades civiles, religiosas y
militares, que iba anunciando que algo se estaba cociendo dentro de esos muros.
Las mantillas tampoco han faltado en la procesión, dándole la sentida seriedad de una celebración en la que el principal protagonista era Él, el Medinaceli. Con la fachada de su sede engalanada para la ocasión con grandes colgaduras que hacían ver que se trataba de un día muy especial, el Señor de Ceuta ha comenzado a salir de la mano de su cuerpo de capataces que, con maestría y mucho mimo, han sabido mandar a sus costaleros para que no hubiera ningún percance en la salida.
Una vez la imagen ha tomado la calle el silencio solo se ha roto cuando se ha marcado la
Marcha Real entonada por la Agrupación Musical nuestro Padre Jesús Caído y Virgen de la Amargura, momento en el que los sentimientos han comenzado a florecer, produciéndose un amalgama de emociones entre sus fieles y devotos. Las marchas y la felicidad de los hermanos de la corporación ya eran plenas, su Cristo ya estaba en la calle y comenzaba un recorrido de celebración en la que Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado marchaba solo, pero siempre acompañado por sus fieles y devotos que no han querido abandonarlo en su transcurrir por las calles del centro de la ciudad autónoma.
Instantáneas siempre características las de la cofradía por los Jardines de la Argentina pero con la intención ir siempre de frente y ganando metros para llegar al centro. Una vez se ha pasado el Puente de Cristo la tranquilidad ha llegado. Las calles, engalanadas para el momento. Las farolas y ornamento vario aparecían con sus colgaduras correspondientes marcando el camino por el que el Medinaceli iba a pasar. Lugares donde los ceutíes se agolpaban para ver al Señor de Ceuta, que no han querido perderse el transcurrir del paso y su cortejo.
En el centro de la ciudad se volverían a vivir momentos icónicos que quedarían en la memoria de todos, recordando que, aunque no sea Lunes Santo, siempre hay momento de poder disfrutar del Medinaceli ya sea en la calle o en su sede canónica, la parroquia de San Ildefonso, en el barrio del
Príncipe. Una vez se completaran las vías más céntricas, el Medinaceli volvería a su Casa de Hermandad ya con la oscuridad como testigo y poniendo fin a una procesión extraordinaria para conmemorar los 75 años de la corporación. Una vez cerradas las puertas ya solo quedará esperar a una nueva Cuaresma en la que volverán a celebrarse los Cultos en honor a Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado, su tradicional traslado desde la barriada del príncipe y un nuevo Lunes Santo, donde volver a vivir emociones y momentos únicos.