Natural de Ceuta, Enrique Segado Oroz está encerrado en
Marruecos desde que se decretó el estado de alarma por la pandemia del
COVID-19.
Segado cuenta a El Faro de Ceuta que ha intentado volver más de cinco veces, pero ha sido imposible: “El Consulado no me hace caso, no me ayuda. Llamo sin parar y no me cogen el teléfono. ¿Para qué está un consulado si no ayuda a los ciudadanos del país?, se pregunta.
Él es un hombre de 69 años, en diciembre cumple los 70. Cuenta que padece problemas de riñón, de próstata, de ansiedad y tiene la tensión muy alta. Para estos problemas de salud Segado necesita medicarse pero “no puedo conseguir los medicamentos en Marruecos y tampoco me dejan volver a Ceuta para comprarlos. Es muy grave que no me medique todos los días con la dosis que necesito, solo estoy tomando las pastillas de la ansiedad”.
También dice que tiene problemas con su casero, por la casa que tiene alquilada en Tetuán ya que “como no puedo cruzar la
frontera para cobrar la paga de pensionista, no puedo pagarle”. Este es un problema añadido al de la frontera y sus diversos problemas de salud.
Realmente, sus vecinos están ayudándole “muchísimo”, cuenta. Han estado llamando a la empresa de barcos para comprar un billete, al igual que lo han intentado por teléfono: “Nos piden una tarjeta internacional y no la tenemos, nuestra tarjeta de crédito es de Marruecos. No entiendo el porqué de este problema ya que compro cosas en Estados Unidos por internet y en otros países y puedo. ¿Qué diferencia hay? ”, cuenta el vecino de Segado.
Segado no tendría problemas de dinero si le dejaran comprar un billete para montarse en un barco rumbo a Ceuta. Así podría comprarse su medicación y, con el dinero de la pensión, pagar a su casero. Este ceutí pide atención por parte de las autoridades españolas o los órganos correspondientes.