El drama de una porteadora: Dikra pide justicia para el hombre que abusó de sus hijas menores
Pide desesperadamente justicia, la que asegura que no le dan en su país después de que a sus tres hijas, la mayor de 12 años y sus mellizas de 9 recibieran reiterados abusos sexuales por parte de su tío.
Dikra es de Castillejos pero cada día viene a Ceuta a ganarse la vida en el
porteo y poder sustentar así a sus siete hijos. Es el único ingreso en su hogar desde que quedó viuda. Pero tras el intento de esta madre de llevar un plato de comida a la mesa, se escondía un terrible drama que las tres pequeñas ocultaban por miedo: el tío de Dikra las violaba cada vez que las niñas iban a su casa en Castillejos a jugar con sus propias hijas, según señala Dikra.
La mujer descubrió el terrible secreto el día en que finalmente las pequeñas decidieron romper su silencio y hacer frente al miedo que las atenazaba. Dikra denunció y la justicia marroquí actuó condenando al violador a 20 años de prisión. Esto fue en enero de 2017 y desde entonces el acusado, a través de su abogado, ha interpuesto seis recursos para reducir la pena.
Miedo
Dikra tiene miedo de que el agresor de sus hijas salga a la calle, pero también teme por la situación que vienen sufriendo desde que los terribles sucesos que ocurrían en la casa de su familiar salieron a la luz. “Han entrado personas en mi hogar para intentar violar a otra de mis hijas y así decir que ese hombre no fue y acusar a los otros o incluso decir que yo prostituyo a las pequeñas”.
Un intento de agresión que, afortunadamente, no se ha consumado, aunque no ha sido el caso de un ataque físico precisamente a este niña. “La mujer de mi tío la agredió y le rompió un brazo”.
Esta mujer solo pide justicia y que “atiendan las denuncias que he puesto sobre estas últimas agresiones porque no llegan a los Tribunales. Tengo miedo de que maten a mis hijas”. Y es que ahora sus tres hijas están marcadas para siempre. La mayor ni siquiera ha vuelto al colegio por miedo, aunque las mellizas cuentan con el apoyo del director del centro que se ha ofrecido a acompañarlas en el trayecto del colegio a su hogar.
Dikra clama una justicia que, sin embargo, no paliará el sufrimiento de estas tres niñas que llevarán para siempre el horror vivido a escasos metros de su vivienda.Y es que seguramente nada borre las imágenes que un depravado les ha hecho padecer tirando por el suelo la inocencia de su infancia