La obra de la pasarela de Miramar comienza a enfilar su fase final, siempre a expensas de la llegada paulatina a nuestra ciudad de las piezas que, una vez encajadas, darán forma a una estructura muy demandada por la ciudadanía: la de un puente que unirá la barriada de Miramar con la playa de la Almadraba y la acera hacia el
Tarajal. Su ensamblaje dio comienzo el pasado día 16, con la colocación de un pilono de 50 toneladas que soportará un armazón de 40 metros de largo y cinco de alto sobre la carretera nacional, tal y como estipula la normativa de puentes situados encima de viales y a 12 metros del nivel del mar. El inicio de los trabajos estuvo marcado por el corte del tráfico durante toda la noche, una interrupción que volverá a repetirse los días 12, 13, 14, 19 y 20 del próximo mes de febrero, también durante la noche. El objetivo es reducir al máximo las molestias en el tráfico rodado y acelerar las tareas de ensamblaje que se están acometiendo por fases. A partir de esta semana, y con la llegada a nuestra ciudad de nuevos materiales, se entrará en una nueva fase de construcción, de las siete que están previstas antes de finalizar la pasarela. De momento, los últimos días se ha terminado de trabajar en el pilono cuya colocación dio el pistoletazo de salida a la ingente obra. La pasarela se ha proyectado con un diseño moderno y una estructura novedosa en nuestra ciudad, al no estar sostenida sobre pilares tradicionales, sino por un conglomerado que lo elevará sobre la carretera y posibilitará el tránsito bien hacia la playa o por la acera hacia el Tarajal y sus inmediaciones. Las barandillas están elaboradas en acero inoxidable y el pavimento será de tarima de una madera especial para exterior y zonas con un alto nivel de humedad. A lo largo de todo el recorrido se colocará iluminación tipo LED. El puente dará un giro sobre la playa para completar su trayectoria y su ubicación será sobre el paso de peatones con el fin de garantizar la seguridad de las personas que transitan por la zona. El proyecto también incluye una reforma de parte del acerado de la Avenida Martínez Catena, entre la barriada Miramar y la Almadraba, ampliando sus dimensiones hasta un mínimo de 1,80 metros de altura, tal y como estipula la Ley de Accesibilidad. Las previsiones de finalización de esta obra ponen el horizonte en el próximo mes de febrero.