Desesperado. Esa es la mejor palabra que define el estado en el que se encuentra Mohamed Mohamed Chairi, un vecino de la barriada de
Juan Carlos I, que vive con su hijo de tan solo 14 años en una vivienda sin luz y sin agua en Ceuta. El no tener ingreso alguno es el mayor de los hándicap de esta familia y a pesar de haber buscado ayudas de todo tipo, nunca le dan una respuesta que les aporte un halo de esperanza.
Mohamed Chairi se quedó solo en la
vivienda que habita en estos momentos junto a su hijo después de que su hermana y su cuñado falleciesen. Eso hizo que los ingresos se vieran disminuidos de manera considerable, motivo por el cual se quedó sin suministro de agua y luz.
Este padre se considera un “luchador” que buscará lo que sea para “ayudar su hijo”. Ahora mismo trabaja echando una mano en una obra, pero sin tener unos ingresos fijos que le permitan hacer frente a todos los gastos. Su casa se encuentra llena de garrafas de agua, algunas llenas y otras vacías, con las que van lavando la ropa y los platos y usan para poder ducharse.
Todos los fines de semana, se va a la playa de Benítez, donde las llena y acude andando hasta su domicilio. “Con todo el peso” sube todos los escalones hasta llegar a su casa, ya que encima no hay ascensor. Una situación “inverosímil” en pleno siglo XXI y que hace que tenga que sufrir una situación que ya es “insostenible”.
"Malviven"
Otra de las problemáticas que le afecta es la iluminación. O mejor dicho, su ausencia. Al no contar con luz, cuando cae el día la casa se queda a oscuras y tienen que estar con un candil para poder ver, usado incluso por el menor cuando se tiene que poner a estudiar. Esto hace que cada día se haga “más difícil” y que la vida de este menor “se haga más dura” por no contar con las posibilidades con las sí gozan otros niños de su edad.
Ellos, padre e hijo, no piden más que una ayuda para al menos poder tener luz y agua, algo básico en una vivienda. Llevan meses así y han tenido que soportar durante toda la pandemia y el confinamiento esta situación, algo sin duda que ninguna persona debería de vivir.