Jack tiene tres años y aún no conoce la sensación de tener un hogar donde le cuiden y corresponder con su amor a la oportunidad de sentirse parte de una familia humana. Su historia es como la de muchos
otros perros que han vivido siempre esperando una adopción que nunca llega.
Jack fue recogido de Perrera y trasladado a la Protectora de Animales en la que, desde el primer momento todos pudieron comprobar que su vida en estas dependencias no iba a ser fácil. El resto de perros le atacaban y la nobleza de este joven animal le impedía responder al maltrato de sus congéneres. Ningún patio era adecuado para Jack, siempre encontraba algún que otro perro que se ensañaba con él, haciendo que la vida, ya de por sí dura en una protectora, fuera aún más difícil de llevar.
Su única oportunidad residía en los viajes que cada año se organizaban a Francia, pero la leishmania convirtió su posibilidad de encontrar una familia gala en la pesadilla de seguir viviendo en un patio donde el resto de animales no soportaban su presencia.
Seguramente Jack veía pasar cada uno de estos viajes sumido en la esperanza de que tal vez el siguiente pudiera ser su oportunidad y alguien a miles de kilómetros quisiera que formara parte de su familia. Pero una enfermedad, que actualmente está totalmente controlada, le cerraba todas las puertas a la tan ansiada familia.
Jack comenzó a perder peso y una voluntaria decidió ayudarlo y acogerlo temporalmente. Aunque parecía que sus desgracias habían terminado, la perrita de la familia impidió que el animal pudiera quedarse más tiempo y, frente a un regreso a la Protectora, un grupo de personas, conocedoras de su situación, decidieron enviar a Jack a una residencia en Sevilla, sufragando ellos mismos los gastos. Pero la situación no se puede mantener durante mucho más tiempo y Jack busca desesperadamente un hogar donde descubran al especial animal que se esconde tras esa noble mirada y que lleva dos años confiando en encontrar su lugar definitivo.
Teléfono para informarse sobre Jack: 649118233.