Hace un mes se concentraban en las instalaciones del puerto deportivo para reclamar mayor seguridad y vigilancia ante el repunte de robos a los usuarios de la dársena gestionada por Marina Hércules (Mahersa). Objetos en el interior de las embarcaciones e incluso los propios barcos son sustraídos casi a diario sin que los propietarios reciban una solución a este problema que se remonta años atrás. El último robo se produjo este pasado sábado en el interior de una embarcación propiedad de Antonio Guerrero. Cuando a mediodía, él y su esposa decidieron salir a navegar con su barco se encontraron con una desagradable sorpresa: varios objetos habían sido sustraídos tras haber forzado la puerta de acceso a la nave. “Han robado varias cañas y carretes de curricán de altura y de otra modalidad de pesca a la que me dedico, además de aparatos de navegación”, señala el afectado. A falta de hacer un recuento más exhaustivo del material robado, Guerrero estima que las pérdidas pueden alcanzar los 10.000 euros, eso sin contar que, de momento, no podrá navegar su embarcación hasta no reponer los aparatos sustraídos necesarios para la documentación. “Eso ya me supone un desembolso que tendré que hacer si quiero sacar el barco”, explica. Es la tercera vez en que este usuario de la dársena deportiva ha sido víctima de un hurto en su embarcación, aunque la ocasión anterior, tras la intervención policial, sí pudo recuperar los objetos robados. Ahora confía en que le sea devuelto el material que, por otra parte, “no es sencillo de colocar porque es muy específico para la pesca de altura”. Con éste son ya dos los robos que se producen esta semana, aunque en el anterior sí fueron detenidos los supuestos autores de los hechos. “Dos personas entraron en uno de los barcos, pero un usuario que estaba enfrente en su embarcación los vio y pudo dar la voz de alarma”.
Los usuarios vienen demandando más seguridad a Mahersa desde hace años
Guerrero lamenta que, a pesar de las continuas quejas sobre la inseguridad en la dársena, los responsables de su mantenimiento no adoptan medidas para frenar esa ola de robos. “Solo tienen una persona para vigilar, pero es insuficiente, a la vista está”. Aunque este problema no es nuevo, el pasado mes de junio, cansados ya de ser víctimas de la dejadez de la empresa para frenar la oleada de delincuencia, algunos de los usuarios se manifestaron para exigir una pronta solución. Aunque trasladaron el problema a la concesionaria del servicio, a día de hoy Mahersa no ha adoptado las medidas encaminadas a ofrecer una zona segura a sus usuarios. “Pagamos bastante por un servicio que incluya la seguridad y siguen sin hacernos caso”, se lamenta.