Les están esperando. Un día tras otro, grupos organizados de chicos muy jóvenes, la mayoría menores, aguardan armados con cuchillos y navajas a que los inmigrantes que pernoctan en las naves del
polígono del Tarajal, en Ceuta, transiten la zona de regreso a su lugar de descanso. Uno de esos inmigrantes, de nombre Mohamed, se ha comunicado con El Faro de Ceuta y cuenta en primera persona cómo sufren esta situación, temiendo cada noche al saber que pueden ser
asaltados. “Nos afecta a todos, a los marroquíes y a todos, nos atacan a todos”, explica, “nos amenazan con cuchillos grandes para robarnos el móvil o el dinerito que hemos ganado en el día”. En su caso, dice,
intenta trabajar ayudando en las obras o en talleres mecánicos. Todo, asegura, para no tener que pedir ayuda ni rogar compasión.
Natural de Tetuán, donde dejó a su mujer y su hija en
busca de una vida mejor para todos, Mohamed lleva un mes y medio en la ciudad con la esperanza de llegar a la península para ganarse la vida. Mientras espera su momento no quiere problemas y se indigna día tras día cuando uno o varios de ellos son víctimas de estos grupos de asaltantes organizados. “Esperan ahí donde el aparcamiento, aprovechan que hay muy poca luz. Sacan cuchillos y el atacado no puede hacer nada, ellos saben que son más y pueden”, narra. Cuenta que una vez cometido el acto ni siquiera corren. “Lo hacen con toda tranquilidad, saben que nosotros no podemos hacer nada”, indica. Como él, la mayoría de los inmigrantes no quieren generar ningún problema en la ciudad, ni enfrentarse. No han venido a eso. “Podría enfrentarles, pero si causo problema al que más perjudico es a mí mismo. Yo solo pienso en trabajar por mi mujer y mi hija”, comenta Mohamed. Asegura que, sin ir más lejos, este jueves robaron a dos de sus compañeros. A otro, como no le encontraron nada, le robaron hasta la gorra con la que se protege del sol. “Y si no tienes nada para ellos te golpean por la espalda”, indica, “ayer otro tuvo que echar a correr y con suerte encontró un coche por la zona que le dio ayuda y lo dejó subir y llevarlo hasta la nave”. Su pedido no es otro que vigilancia en la zona para que se ponga fin a esta situación constante que asfixia y pone en serio peligro sus vidas,
como ya ocurriera hace pocos días tras un asalto muy violento en el que un marroquí terminó, apuñalado, ingresado en UCI.