La
Comisión Europea considera que
Marruecos, Bielorrusia y Turquía han utilizado las "mismas tácticas de chantaje" para tratar de hacer presión sobre la Unión Europea a través de la inmigración irregular, dijo el vicepresidente de la Comisión Europea Margaritis Schinas. En una conversación durante el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia) con varios medios de comunicación españoles, Schinas analizó el incidente ocurrido el pasado mayo en Ceuta, cuando entre 8.000 y 10.000 personas cruzaron ilegalmente desde Marruecos, e indicó que fue un ataque "organizado, premeditado, híbrido" a la frontera externa de la UE. Un ataque, subrayó, al que Bruselas reaccionó con una "fuerza" y un mensaje político "muy bien entendido por Rabat". Marruecos ha comprendido que "nadie puede chantajear a Europa", que la migración "es parte de nuestras relaciones diplomáticas" y que es uno de los grandes beneficiarios de ayudas europeas para la gestión de las
fronteras, por lo que tiene "más interés de trabajar con Europa que contra Europa", opinó Schinas. Según el también comisario de Promoción del Estilo de vida Europeo, Rabat hizo en definitiva lo mismo que las autoridades turcas hace un año y medio, cuando trasladaron en autobuses a unas 20.000 personas a la frontera con Grecia y les dijeron que "de ahí podían llegar a Berlín" y hace unas semanas Bielorrusia, en su frontera con Lituania, Polonia y Letonia. "Ninguno de los tres ataques produjo los efectos deseados", indicó Schinas, que subrayó que con el nuevo Pacto Europeo para la Migración y el Asilo este tipo de prácticas "no serán tan fáciles de organizar".
Pacto migratorio europeo
Sobre el Pacto Europeo para la Migración y el Asilo, presentado en septiembre del pasado año, el vicepresidente comunitario dijo que la pandemia no ha ayudado en su negociación, que solo puede realmente avanzar en los contactos "cara a cara" dado que es un tema muy sensible y añadió que ahora sí se percibe "movimiento" hacia un acuerdo. También consideró que las crisis externas, en estos momentos la de Afganistán, pueden empujar a encontrar un acuerdo. La "clave" será asegurar a los países del sur de la UE que tendrán en cualquier momento el nivel de solidaridad que necesitarán y convencer a los -otros- estados miembros para que contribuyan a la solidaridad (...), "que con el pacto habrá menos presión y tendrán la posibilidad de ofrecer distintos tipos de solidaridad". A diferencia de la propuesta presentada por la Comisión anterior, dirigida por Jean-Claude Juncker, que "fracasó en su intento de hacer un pacto migratorio en 2016", la solidaridad en el nuevo Pacto va "más allá de la cuestión de reparto" de los migrantes y solicitantes de asilo. "Ahora no vamos a la relocalización y las cuotas porque a lo mejor no son necesarias. A lo mejor el tipo de solidaridad que buscamos ahora no es reparto, sino medios, dinero, retornos y alguna relocalización", señaló. Un acuerdo en estas líneas "es posible", indicó Schinas, que aseguró que ve "convergencia para llegar". Sobre el momento en que podría producirse, dijo que tras las elecciones en Alemania este año y las presidenciales en Francia el próximo, "podremos ver un horizonte más claro". Aunque persisten las diferencias entre los países sobre la propuesta de Bruselas, ninguno de ellos la ha rechazado de plano.
Solidaridad en Europa
"Todos los países, España es un ejemplo, nos dicen lo que no les gusta. Reproducen sus líneas rojas y mientras España y los del sur dicen que aceptan el sistema pero antes quieren tener la certeza de que existirá el tipo de solidaridad que les conviene, los del este, Hungría y Polonia, no rechazan la solidaridad sino la idea de que Bruselas les obliga contra su voluntad de asumir relocalizaciones", explicó. "Estamos preparando una zona de aterrizaje", labor que corresponde ahora a la presidencia de turno del Consejo de la UE, hasta finales de diciembre en manos de Eslovenia y a principios del próximo año a Francia, indicó Schinas.