Los miradores están concebidos como espacios al aire libre desde donde se pueden contemplar los hermosos paisajes de una ciudad. Pero en
San Antonio, en Ceuta, desafortunadamente este es un lugar en el que se acumula la basura de todo tipo, incluyendo botellitas vacías del llamado ‘gas de la risa’.
Una situación vergonzosa es la que describen los vecinos próximos al mirador como lo de
Pueblo San Antonio debido a la presencia de los restos de una moda peligrosa, lo que constituye no solo un problema de incivismo sino también de inseguridad ya que tras estas reuniones a modo de botellones, sus protagonistas descienden la cuesta de San Antonio a toda velocidad y en ocasiones sin luces, pudiendo provocar accidentes de gravedad.
Bolsas de plástico, de papel y otra clase de desperdicios son los que se pueden encontrar con frecuencia sin importar si se
limpia o no, sin importar que se denuncie
una situación que se ha convertido en algo recurrente y que además se produce en un
rincón turístico por excelencia, ya que quienes visitan Ceuta suelen tener en esta parada uno de los puntos mejores para contemplar la ciudad.
Los vecinos lamentan que un lugar que se supone debe ser agradable y para el disfrute no solo de los locales sino también de los que visitan la ciudad, no solo se haya convertido en un vertedero improvisado donde los contenedores parecieran estar de adorno, sino también en un punto de la barriada donde no se puede estar a ciertas horas sin correr peligro, debido a personas desconocidas que se reúnen allí para hacer botellones y también para consumir drogas.
El mirador ya ha dejado de ser un rincón familiar o para llevar a los niños, pasando a ser una zona en la que ya no se puede estar a partir de ciertas horas.
Lo peor de todo es que situaciones como el consumo constante del ‘gas de la risa’ se ha extendido por San Antonio, pues estas personas que son denunciadas por los vecinos aprovechan cualquier recoveco para hacerlo, dejando las evidencias a la vista de quienes caminan por esos lugares.
Ante esta situación, lo que piden los vecinos no es mucho, no es una petición extraordinaria, sino simplemente poder recuperar espacios como el mirador y otros rincones que han sido tomados por los incívicos para actividades y acciones que no son bienvenidas.