Marruecos ya ha movido ficha en su anuncio de buscar una solución “radical” para acabar “de forma definitiva” con el contrabando procedente del paso fronterizo con Ceuta, entendiéndose así el comercio atípico que fluctúa a través de la aduana. Los primeros en padecerlo han sido los vehículos de mercancías que cumplirán hoy una semana sin poder ejercer su actividad. Si bien el país vecino ya venía aplicando desde hace meses una política silenciosa con el objetivo de reducir paulatinamente las flotas de vehículos, las medidas adoptadas desde el pasado lunes han marcado la línea roja entre lo que
Marruecos ya no está dispuesto a permitir.
La política de decomisos fue el punto de partida para poner de manifiesto que no se va a tolerar una actividad que va en contra de su legalidad y en detrimento de sus intereses económicos. El lunes consiguieron acceder sesenta coches, a los cuales se les decomisó toda la mercancía. Arriesgándose a padecer la misma situación los conductores se repitieron la misma operación durante la siguiente jornada, sorteando la misma suerte y efectuando su salida desde Ceuta de vacío. Con tales circunstancias, desde el miércoles la actividad de los ‘patera’ se encuentra paralizada y, de momento, no existe ninguna intención manifiesta para que la situación revierta.
Sin embargo, las quejas ante la falta de explicaciones ha constituido toda una tortura a pie de frontera, porque hay quienes dicen sentirse como “animales” aglomerados en un espacio en que nada funciona como debiera y en el que se prohíbe la entrada sin visado, aunque oficialmente se niegue la adopción de medidas extraordinarias en este paso entre dos mundos. Los afectados no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados y en este clima candente sin expectativas de cambiar ya se está germinando una revuelta social que prevé manifestaciones en Tetuán.
Los vehículos han sido el primer eslabón de la cadena en caer, pero los porteadores que rehúyen de cruzar por el ‘
Tarajal II’ e insisten en hacerlo por el paso aduanero parecen tener también sus días contados, pues la actividad de todos ellos le supone una pérdida anual al reino alauita de entre 2.000 y 3.000 millones de dírhams (entre 180 y 270 millones de euros). Sin embargo, pese a las especulaciones que siempre han rodeado a la erradicación definitiva del porteo, y que tendría graves consecuencias económicas para Ceuta, cifrado en el 25% del PIB local, unos 1.500 millones, el país vecino ya ha manifestado que su intención no es poner un punto y final, sino buscar una solución que beneficie a ambas partes y cuyo foco se dirigen al paso del ‘Tarajal II’.
Marruecos ha levantado sus cartas y se muestra dispuesto a potenciar el tránsito y la actividad por este paso que en los últimos meses ha sufrido una gran caída. Entiende que la actividad que se genera a través del ‘Tarajal II’, frente a la que se efectúa a través de la aduana, revierte ciertos beneficios para su economía “porque ofrece trabajo y un salario para cientos de sus ciudadanos”.
Marruecos quiere potenciar el ‘Tarajal II’ porque “ofrece trabajo a cientos de su ciudadanos”
Sin embargo, el comercio atípico va a la baja, como demuestran las cifras diarias, cuando alcanzan con suerte algo más del millar de pases. Apenas salen bultos y, además, los comerciantes deben lidiar con unos porteadores que se niegan a aceptar los precios establecidos. Estas pugnas, que ya se han convertido en casi habituales, colapsan los recintos y obligan a decretar el cierre. Circunstancia que podría cambiar, cuando los cientos de porteadores que se confinan a diario a pie de frontera no tengan mayor vía para trabajar que a través del ‘Tarajal II’.
Imposible obviar que la salud de la economía local se verá afectada si el bloqueo a los vehículos se instaura definitivamente. No son solo muchas las naves del Tarajal que encuentran en este medio de porteo una gran salida a su mercancía, también las instaladas en los alrededores de la Almadraba y el Puerto. Frente a ello, destaca un aspecto positivo para la ciudadanía que se traduce en una fluidez en la frontera inexistente desde hace años, como han podido comprobar durante la última semana la salida a Marruecos no demora más de tres minutos, incluso pasando por el
embolsamiento.