Este miércoles por la noche Manolo Fiz Alonso llevaba turno de noche. No esperaba, ni de broma, que Ceuta tocase su corazón 35 años después de pisarla por última vez. En Ourense, a mil kilómetros de distancia, trabajaba, como cada día, como técnico de mantenimiento en una fábrica del sector de automoción. Pero no era una noche como otras. “El móvil no dejaba de sonar, mensajitos de estos del Facebook”, explica, “y claro, yo estaba ocupado y la verdad no tenía tiempo de andar mirándolos”. Fue casi a la media noche cuando, en un tiempo de relax, los abrió. “¡Manolo! ¿Ese de la foto no eres tú?”, le preguntaban varios amigos y conocidos del pueblo. Y es que esa era la clave: su pueblo. Xinzo de Limia no supera los 10.000 habitantes. No es raro que, más de uno, le reconociera en la foto que un desconocido, el ceutí Manuel Coronado, compartió en un grupo de Facebook indicando que se estaba buscando al chico de la izquierda, que había hecho la
mili en Ceuta en 1986. “Busqué la página, que tiene agregadas a unas 3.600 personas, solicité unirme y cuando me aceptaron puse la foto”, explica Coronado,
“me gustó la historia y quise ayudar”. Tardó menos de dos horas en dar con él. Y es que Twitter, donde el hijo de José Manuel había colgado la foto el domingo, quizás no era el lugar de esta generación… Pero, mientras la foto empezaba a circular por Galicia, la imagen también se empezaba a compartir en grupos de antiguos militares donde se sumaron a intentar ubicar y encontrar a quien se buscaba. Uno de ellos fue el también ceutí Mohamed Hajjaj, que hizo lo propio. "Me alegro mucho de que al final entre todos se hayan logrado encontrar", dice Hajjaj. Entonces Manolo miró la foto. Sí, era él con apenas 20 o 21 años. Y el del bigote era ‘Vigo’, su paisano gallego de la mili. En cuanto pudo contactó con Coronado y este le explicó mejor lo que ocurría y le remitió a la publicación hecha por El Faro donde José Manuel Vigo explicaba la historia que ya conocemos. Que se despidieron en Madrid, que perdieron el ‘papelito’ con el teléfono, que le haría ilusión saber de él…
Aún no han pasado 24 horas de aquel momento y, ahora que ya se han logrado intercambiar teléfonos y que incluso han podido hablar un poco por la mañana (lo harán con más calma esta noche cuando José Manuel salga de trabajar), los protagonistas de esta historia no encuentran palabras para agradecer la cadena desinteresada que les ha permitido contactar 35 años después.
La historia, desde los ojos de Manolo
“Volveremos a vernos, Ceuta”. Así concluye el agradecimiento que esta mañana ha dejado Manolo sobre la noticia difundida por El Faro. Y es que todo esto le ha traído muchos recuerdos de golpe. Visualiza la lista, el papelito con “todos los teléfonos de los compañeros de la mili”, pero reconoce que “
a los 21 años uno no le da valor, vuelves a tu casa después de un año a 1.000 kilómetros y lo que menos piensas es en guardar bien ese papelito”. Ni siquiera sabe qué número puso él. “Sería el de mis abuelos, me imagino…”, supone. Bastante activo en
redes sociales, Fiz cuenta que gracias a estas ha logrado reencontrarse con otros, pero José Manuel Vigo se le resistía. “No me acordaba bien del nombre, pero sí me sonaba lo de ‘José Vigo’ y alguna vez intenté buscarle, pero me salían muchos”, explica. Del otro lado, Vigo reconoce que él no tiene ni sabe manejar redes así que, por ahí, imposible. Ahora apenas 160 kilómetros les separan. Una distancia, entre Ourense y La Coruña, que Fiz recorre a menudo porque “yo soy muy forofo del Dépor y claro, muchas veces voy allí a los partidos”. Aún no han intercambiado impresiones futbolísticas, pero, dice, es probable que sin saberlo hayan estado muchas veces a pocos metros de distancia. “Igual hemos estado al lado, y ni cuenta nos hemos dado”, bromea. Aún no hay fecha, pero sí hay dos promesas. La primera, que enviarán una foto a El Faro. La segunda: que más temprano que tarde volverán a cruzar el Estrecho y pisar el
Monte Hacho.