Hablar del fútbol femenino en Ceuta es hablar de muchas jugadoras de renombre y una de ellas sin duda es Lorena Rubio. Una deportista que se inició en su propia barriada, el
Polígono Virgen de África, hasta que llegó a jugar en la
Segunda División del fútbol español de la mano del Carmelitas. Una fuera de serie que se crió entre chicos y que fue haciéndose más fuerte hasta ser una de las mejores jugadoras de toda Ceuta, llegando a ser 'pichichi' en su última temporada con el Puerta Califal
. Como no podía ser de otra manera, FaroTV se desplazó hasta la barriada de la protagonista para hablar de toda su
carrera deportiva y de los acontecimientos que marcaron su vida.
Lorena Rubio dio sus primeros pasos en el deporte en su propio barriada, en el "cuadrado" como así llama su zona de la barriada. Luego pasó a formar parte en el equipo de
la barriada "el Polígono de la mano de Miguel Vega". Pero sus inicios fueron fáciles "con mi hermano siempre estaba pegando pelotazos en el barrio, luego a la calle echando esos balonazos en la calle. Empecé a
jugar federada con el Polígono, porque mi padre llamó al presidente y le comentó que tenía una niña que sabía jugar. Comencé a entrenar con Sarria y mi hermano, por lo que jugué en unas interbarriadas. Recuerdo perfectamente que solo había niños en todos los equipos, excepto no". A pesar de todo, era la única chica en el equipo y en toda la competición. "Cuando tenía 8 años, no había niñas. Yo era uno más de ellos, mi hermano, mi primo, Salvi entre todos. Me trataban como uno más".
Su primera etapa en el Polígono finalizó y entonces "me llamó Manu León para que jugáramos mi hermano y yo en el Revellín. Un nuevo equipo y de nuevo con el pack para seguir mi vida deportiva. Ahí empezó el
fútbol-sala más grande, más partidos, se jugaba mucho más. Estuve con Manu hasta que me dijeron que no podía seguir jugando más con los niños". Las chicas no pueden jugar más en equipos chicos una vez que cumplen en infantiles, pero Lorena Rubio pudo hacerlo una temporada más. "Era hasta los 12, pero Manu me dijo que iba a hacer un año más y pude jugar hasta los 13. Pero de nuevo me tenía que ir". Luego llegó un pequeño parón en su carrera antes de volver. "De 13 a 16 estaba parada. Nunca había jugado a fútbol de chicas, hasta que me volvieron a llamar estando en el instituto. Era una Liga de niñas, ningún niño y dije que quería jugar. Me llamaron desde Enfermería y entonces decidí jugar en este equipo, otra etapa muy bonita pero siendo la primera vez que podía jugar contra equipos de chicas".
Era su primer contacto con el fútbol femenino. "Cuando empecé a jugar contra niñas, no sabía que había niñas que eran mejores que yo. No me entraba en la cabeza que eran más mayores que yo y jugaban mejor que yo". Tras el paso por el Enfermería ficha el San Agustín de la mano de
Rafa Peña. "Fue mi referente en el fútbol, sigo teniendo una relación especial con él. Estuve varias temporadas hasta que las lesiones me dejaron". Posteriormente llegó una etapa bonita con el Carmelitas en la Segunda División del fútbol español femenino. "Estaba trabajando, compaginándolo con el fútbol. Eran muchas horas y entrenaba lo que podía y me dejaban. El Carmelitas fue un equipo competitivo con Antonio Cerrudo. La experiencia fue bonita manteniéndonos con equipos importantes como el Málaga. Los resultados hablaron por sí solos en
esta etapa". "Nunca me desvinculé del fútbol a pesar de las lesiones. La última temporada fue con el Puerta Califal, donde disfruté de nuevo con muchas amigas y conseguimos ser campeonas".
El Polígono vio nacer a una estrella
La barriada del Polígono Virgen de África tuvo durante muchos años un club y de ese equipo nacieron muchos jugadores, entre ellos, Lorena Rubio. Era una chica entre muchos chicos y nunca pensó en dejar de jugar. Sus inicios fueron especiales porque jugaba en su barriada "el cuadrado", pero luego dio el salto a competir en la pista. No fue fácil, porque era la única mujer entre tantos hombres, pero fue dando la talla y dejando su sello de identidad allí por donde pasaba.
Lo hizo en sus inicios, lo siguió haciendo conforme fue creciendo y para terminar lo dejó en su temporada final con el Puerta Califal. Su olfato goleador, su velocidad y su regate la hicieron ser una 'estrella' en la ciudad, superando en muchas ocasiones a equipos de niños y dejando su huello en distintas categorías. Lorena Rubio recuerda toda su etapa deportiva con mucho cariño y espera seguir disfrutando al fútbol-sala en menor medida. Ahora debe compaginar el fútbol, el trabajo y su familia, pero aún así está dónde quiere estar.
Una triada le hizo dejar de lado el fútbol
Su vida deportiva está llena de saltos, pero en cada etapa cogió la experiencia necesaria para seguir formándose. Era joven cuando en un momento de un partido tuvo la peor lesión que podía tener, triada, es decir, rotura de ligamento cruzado en una de sus rodillas. La lesión la hizo tomarse con calma su vida deportiva, sobre todo, cuando "el médico me dice tienes que parar de estar a este nivel si quieres mantener tu rodilla. Yo le hice caso, pero nunca dejé por completo de jugar".
Lorena siempre estuvo ligado a distintos equipos "nunca me desvinculé del fútbol a pesar de las lesiones. La última temporada fue con el Puerta Califal, donde disfruté de nuevo con muchas amigas y conseguimos ser campeonas". Parecía ya que no iba a volver a competir de forma federada pero de la mano de Rafa Peña y sus amigas consiguieron ser campeonas de Liga femenina y además ser 'pichichi' de la categoría sénior.
La familia
Lorena Rubio siempre ha estado ligado al fútbol, nunca lo hizo separada de su hermano, Rafa. Pero también su padre tuvo mucha culpa de que se formara en esta modalidad deportiva. Su hermana no siguió sus pasos, aunque también tuvo momentos con ella.