No teman; nuestro bello foso sigue ahí, pero nunca tuvo ese nombre. .En numerosas ocasiones he tenido que ver cómo se anunciaba, y después se celebraba, la travesía n nado del ahora mal llamado “Foso de San Felipe”, cuando su denominación histórica es la de “Foso del Agua”, a la que posteriormente se ha añadido, con acierto, la de “Foso de las Murallas Reales”.
El día 27 de mayo de 2009 publiqué, en este mismo diario, un artículo cuyo título era bien descriptivo: pues junto a una fotografía del Foso, decía “NO ES EL FOSO DE SAN FELIPE; ES EL FOSO DEL AGUA”. Como no me hicieron caso, el 2 de marzo de 2014 volví al tema, en este caso bajo el título “INSISTO, NO ES EL FOSO DE SAN FELIPE”, en el que lamentaba el hecho de que incluso la propia Consejería de Cultura de la Ciudad utilizara un nombre inapropiado para la admisión de ofertas sobre realización de “trabajos de llagueado y limpieza en el Foso de San Felipe”. Hice entonces un llamamiento al Instituto de Estudios Ceutíes” para que interviniera al objeto de corregir definitivamente este error.
Pasa el tiempo, mas todo sigue igual. Igual de mal, o peor. En la Ceuta portuguesa, y en la que después heredamos los españoles, sin dejar nunca de admirar y agradecer los sacrificios y el heroísmo con los que aquellos supieron mantener tan precioso legado, había exactamente tres fosos defensivos: dos de tierra (el de “La Almina”, donde ahora está el Mercado Central, y el de “San Felipe”, (situado bajo lo que hoy es la Avenida de San Juan de Dios) y uno de agua, el denominado entonces, con toda precisión, “Foso del Agua”, al ser el único cuyo fondo es inferior al nivel del mar, conectando por agua ambas bahías.
Atravesar a nado el “Foso de San Felipe” sería realizar una tarea metafísicamente imposible, algo que ni los socorridos Titanes podrían hacer, por cuanto ni ya existe, ni nunca jamás tuvo agua En su costado adjunto a las Murallas había desde comienzos del siglo XX un grupo de chabolas o “barracas -así eran llamaba en “caballa”- conocidas precisamente como las de “el Foso de San Felipe”, que fueron derribadas no hace tanto tiempo, en los años 60, trasladándose sus habitantes a casas nuevas próximas a la Avenida del Ejército Español. Por su fondo de tierra corría desde los años 20 el ferrocarril Ceuta-Tetuán, bajo un túnel.
Aquello se soterró, hasta convertirse en lo que hoy es la referida Avenida. Existió, .pero ya no hay “Foso de San Felipe”; su recuerdo se guarda, en parte, bajo un túnel, además de en las viejas fotografías, en los archivos y en los libros. Posiblemente, de él partiría una intrincada red de túneles preparada para fines defensivos, uno de los cuales podía visitarse hará algo más de medio siglo y en el que había inscripciones hechas por soldados portugueses y, además, una pequeña piscina con anguilas ciegas.
Por todo lo antedicho, cuando observé en los periódicos locales, digitales y en papel, (pues nadie se salva del equívoco, incluyendo radios) las fotografías de los nadadores y de esa chica, Melania -a la que deseo todo lo mejor- subida en una embarcación, “atravesando el Foso de San Felipe”, no me ha quedado otro remedio que resucitar mis antes aludidos artículos, a fin de decir, una vez más, que los nombres adecuados para nuestro Foso son el antiguo “del Agua” y el más moderno “de las Murallas Reales”, pues el de “San Felipe” no era éste, era de tierra, y además ya no existe.
Hago un nuevo llamamiento a la sección de Historia del Instituto de Estudios Ceutíes para que -dicho sea en palabras de la época en que el citado foso formaba parte de las defensas de Ceuta- “desfaga aqueste enoxoso entuerto” sobre la historia y la toponimia real de nuestra ciudad, un entuerto en el que se está haciendo caer a los propios ceutíes. SE LLAMA “FOSO DEL AGUA” o “DE LAS MURALLAS REALES”. EL DE “SAN FELIPE”· YA NO EXISTE Y, ADEMÁS, ERA DE TIERRA, repito. También podría apoyarme, con la misma autoridad, nuestro apreciado Cronista de la Ciudad, José Luís Gómez Barceló.
Por favor, que alguien me ayude en esta cruzada a favor de la verdad. De no ser así, terminaremos sin que nadie pueda comprender, por ejemplo, las antiguas descripciones del sistema defensivo de nuestras Murallas.