José María Gil hablará durante este segundo día de jornadas sobre el
medio natural de Ceuta y su entorno acerca del pasado, presente y futuro de la gran fauna de Marruecos. Especialista en ecología y gestión de fauna amenazada, centrará su charla en aquellos animales que superan los 10 kilos de peso, desde caracales hasta elefantes pasando por leones, leopardos, gacelas o antílopes.
–Para enlazarlo con el resto de ponencias, ¿cómo afecta la gran fauna de Marruecos a Ceuta? –La gran fauna de Marruecos afecta bastante poco porque su gran zona está esquilmada, y ése va a ser el hilo conductor de toda la conferencia. Sin embargo, hasta hace nada de tiempo en un pasado no muy remoto, en Ceuta había leopardos, hienas y un montón de
animales emblemáticos que lamentablemente hemos perdido.
–¿Cómo se definiría entonces el pasado de la gran fauna de Marruecos? –El pasado de Marruecos desde el punto de vista zoológico fue esplendoroso. Hace cien años muy cerquita de Ceuta había leones, leopardos y un montón de especies de antílopes. Existía una diversidad tremenda de fauna porque además Marruecos tenía la ventaja de que unía lo africano con lo europeo, y con la fauna africana había conviviendo elementos de la fauna europea como el ciervo bereber o el jabalí norteafricano. Entonces, el pasado en una sola palabra sería “esplendoroso” para la gente que le interesa la zoología.
–Eso quiere decir que muchas especies ya no existen… –Claro. El león del Atlas está extinto, el elefante norteafricano está extinto, el leopardo bereber está extinto… Los cocodrilos hay gente que todavía los recuerda de cuando eran niños, pero es un animal que desapareció porque se lo cargaron a tiro limpio hace muy poquito tiempo.
–De todos ellos, ¿cuál sería el más importante? –El más emblemático es el león del Atlas, pero claro, ahí entramos en los gustos particulares de cada uno. Igual a alguien le parece más interesante el elefante africano, pero el más carismático en mi opinión es el león del Atlas. En su proceso de desaparición, hasta hace poco teníamos muy cerca un animal tan carismático como el león, que tiene tanto impacto en la cultura humana.
–¿Se podían encontrar entonces hace algunos años leones por Ceuta? –Tanto como en Ceuta no, pero sí que podíamos encontrar leopardos en los años 80, el leopardo bereber. Los últimos leones aguantaron en las zonas más remotas de Marruecos, en particular en el Alto Atlas. Pero el leopardo, que es un animal bastante emblemático, hasta hace nada era muy frecuente.
–¿Existe alguna forma de evitar que este terrible pasado se repita? –Está en manos de Marruecos y de la idiosincrasia de los países árabes, que en cuanto a la conservación de la fauna dejan mucho que desear. Marruecos todavía tiene una gran fauna, todavía tiene algunos animales interesantes y, sobre todo, tiene un potencial de recuperación y de restauración de fauna perdida muy importante al contar con grandes paisajes todavía muy bien conservados. Pero claro, eso está en manos de la gente y del gobierno de Marruecos, si ellos se dan cuenta del potencial que tienen, no sólo desde el punto de vista militar sino también del ecológico, Marruecos podría convertirse en la Namibia del norte de África, pero encima con el cliente a las puertas de su casa, que somos nosotros los europeos a fin de cuentas, sin tener que pagar un avión que encarezca el viaje. Si alguna vez se dan cuenta de eso y se ponen las pilas, igual y no sólo conservan lo que les queda, sino que podrían aventurarse a restaurar el esplendor que perdieron. Porque casi todos los animales podrían recuperarse, a excepción de las especies que han desaparecido para siempre. Todavía quedan algunas poblaciones cautivas, por ejemplo, del león del Atlas. Los leones que hay en el zoológico de Temara, en Rabat, son leones del Atlas. Tienen un poco de contaminación genética del león subsahariano, pero en su mayor parte son leones del Atlas.
–¿Cuáles son los animales que corren más peligro? –El león del Atlas en libertad está extinto, sólo queda en cautividad. La gacela de montaña, el arruí sahariano, el caracal norteafricano, los pequeños carnívoros como el fénec o el ratel, la gacela dorca… En peligro están todos. El único animal de la gran fauna de Marruecos que no está en peligro crítico es el lobo dorado africano, un animal muy curioso del que recientemente se descubrió, gracias a los análisis genéticos de laboratorio, que está emparentado con los lobos y no con los chacales como se pensaba. De hecho, es una especie por sí sola: el lobo dorado africano.
–¿Ceuta no podría aportar algo debido a su cercanía con Marruecos? –Ceuta tiene un espacio muy reducido, entonces no puede tener un papel determinante en la conservación de estos animales. Lo que sí que es probable es que haya ejemplares de lobo, pero Ceuta no da para más incluso aunque Marruecos estuviera en la situación de hace cien años. Pero su entorno sí, evidentemente.
–¿Cómo es el futuro que le espera a la gran fauna de Marruecos? –Viendo el futuro que le espera a todo el planeta, ¡qué te voy a contar! Si alguna vez alguien estuviera interesado en promocionar el turismo de la naturaleza y la gran fauna, probablemente sí que tendría mucho futuro, pero
Marruecos está haciendo muy poquito por la conservación de su naturaleza. Marruecos tiene un potencial económico brutal, si fuese capaz de recuperar la gran fauna y si copiara el modelo de otros países como Namibia, que es un país con menos recursos que Marruecos pero con unos ingresos por turismo brutales, turismo que viene a ver fauna y paisajes. Marruecos tiene los paisajes pero le falta la fauna, pero la ventaja que tiene es que está a las puertas de Europa. Desde mi punto de vista es un aliciente para que realmente Marruecos se ponga las pilas, pero para eso tiene que haber una iniciativa de alguien y de momento las cosas están bastante paradas.