Los pacientes de la Unidad de Rehabilitación del
Hospital Universitario de Ceuta (HUCE) no dan crédito a lo que está pasando. La baja de la
médico rehabilitadora lleva a que no estén recibiendo el tratamiento que necesitan, lo que repercute directamente en la evolución de sus casos. Para muchos, esta situación permitida por
Ingesa no es que suponga un estancamiento, es que ya están sufriendo retrocesos. La doctora responsable de la Unidad, quien debe valorar los cuadros de los pacientes para que reciban sus tratamientos,
está de baja laboral desde el pasado 25 de octubre. El problema es que Ingesa no ha traído un profesional sustituto y a los pacientes que requieren de esa rehabilitación se les está dando cita de consulta para el mes de marzo. Es decir, a tenor de estos mensajes, Ingesa no tiene interés alguno en darse prisa en ofrecer un servicio que ya estaba dejando en estado crítico al permitir que la doctora estuviera sola. Quienes, sin estar hospitalizados, pueden pagar una asistencia privada lo están haciendo ante el temor de empeorar. Luego se incluyen los casos de pacientes que no pueden bajar al gimnasio del HUCE para hacer sus ejercicios porque es la médico la que debe dar las pautas, la que debe valorar cada caso, y ni está ni tampoco nadie la reemplaza. La indignación es total. Ingesa no responde con hechos, con gestiones rápidas. No lo hace en este caso ni tampoco lo hizo con la incorporación de un psiquiatra infantil,
paso que se dio después de la denuncia en prensa de los hechos. Los afectados pagan las consecuencias de esta situación en la que, literalmente, se juega con su salud. Es un problema grave para Ceuta, ya que evidencia que los ceutíes no pueden disponer de los mismos medios o disfrutar de los recursos que tienen otros ciudadanos. El no recibir los tratamientos adecuados en su momento va contra la evolución positiva de pacientes a los que hace sólo días, tras meses de espera, se les ha informado de que su consulta está suspendida.