La Casa de la
Juventud de Ceuta ha acogido en la mañana de este lunes la inauguración oficial del curso de entrenamiento ‘Yo siento, yo defiendo’, enmarcado en el programa
Erasmus + y que se está desarrollando en colaboración con la
Asociación K’mon. El acto ha contado con la asistencia, entre otros, de Eva Rodríguez, coordinadora de la Casa de la Juventud y Karol Benítez, secretaria general de la Asociación K’Mon, quienes se han dirigido en primer lugar a los 25 participantes llegados de distintos países de
Europa, como Turquía, Estonia, Eslovenia, Letonia, Polonia, Rumania, Italia, Francia, Serbia y España para darles la bienvenida.
Además, Karol Benítez ha explicado que “estamos haciendo este curso, que es la segunda vez que se hace porque fue tan exitoso que lo hemos podido repetir”. ‘I fell, I defend’, nombre original del curso, “va sobre juegos de rol y específicamente trata de la violencia doméstica, la exclusión y la discriminación”.
Ceuta, ciudad abierta y multicultural
Por su parte, el gestor del servicio de Juventud de Ceuta, Francisco Javier Escobar, ha sido el encargado de dar por inaugurado el curso y les ha dado la “bienvenida a todos”. “Muchas gracias por venir a Ceuta a participar y sobre todo por la labor que la asociación K’mon desarrolla. El tema es súper interesante y creo que ya habréis visto que Ceuta es una ciudad abierta, multicultural y donde la juventud está a flor de piel”.
Los participantes llegaron a la ciudad el pasado viernes y estarán hasta el día 4 de noviembre participando en esta actividad. Durante estos días, los jóvenes realizarán “juegos de rol en directo. Primero están conociendo la teoría de este método y rompiendo un poco el hielo de ellos actuar enfrente de alguien”, ha añadido Karol Benítez. El objetivo es que “aprendan a hacer este tipo de juegos para llevarlos a sus comunidades y después ellos van a crear el suyo propio con una temática. La nuestra de aquí es de inclusión, discriminación y violencia doméstica y basándose en lo que han aprendido tienen que crear su propio juego de rol y presentarlo a los demás.
De esta forma, cuando vuelvan a sus comunidades, ellos tendrán el conocimiento de haberlo hecho y puedan crear multiplicadores y llevarlo a otros jóvenes”, ha concluido Benítez.