Una familia entera se tuvo que levantar a mediodía de este domingo de la mesa de un restaurante ubicado en la calle Real, después de que, supuestamente,
el local negara al bebé de esta familia consumir agua de su botella con tetina, solicitándoles que debían consumir sólo productos del local de restauración. Al darle esta indicación, pidieron entonces una botella de este tipo, pero la respuesta fue que no tenían disponibles. “¿Dejo entonces sin beber a mi hijo?”, se pregunta indignado el padre de esta familia que no dudó en solicitar una hoja de reclamaciones, la cual les fue negada por la encargada del establecimiento. Explica que la familia había pedido ya la comida, así como una botella de agua antes de que le llamaran la atención por la botella del bebé y tras negarle su consumo, pese a no contar con una botella de similares características, decidieron marcharse del establecimiento. En esos momentos, se le solicitó el abono de la botella de agua que habían solicitado los dos adultos, momento en el que el progenitor reiteró su interés en poner la hoja de reclamación, recibiendo de nuevo una respuesta negativa, pidiéndole que se marchara sin tener que pagar la botella, que les había dado tiempo a consumir. “Ha sido una situación muy incómoda”, narra el padre de este bebé de apenas año y medio, pues no se explica por qué el restaurante ha tenido ese “mal gesto” por una simple botella de agua de un niño. “Mi hijo no sabe beber en vaso, todavía es muy pequeño. Si le hubieran puesto un vaso se hubiera puesto perdido de agua”, explica. Aseguran que es la primera vez que les sucede algo así y están indignados con la actuación de este restaurante, hasta el punto de que esta semana acudirán a la Oficina de Consumo y también a la del Consumidor, para exponer los hechos y presentar una queja formal contra el restaurante, ya que en las instalaciones se le negó la hoja de reclamaciones. El padre insiste en que es la típica botella pequeña de agua, con una tetina, que los niños usan cuando empiezan a beber solos. “Mi hijo que estaba pidiendo agua y se la di”, explica el padre, considerando ilógico que le negaran usarla cuando en el establecimiento no tenían alguna que la pudiera sustituir. “Qué querían, ¿que no bebiese agua?”. Esta familia tiene claro que no volverá a este lugar y asegura que muchos de los comensales que estaban allí sentados se sintieron igual de incómodos, sobre todo por la actitud tanto de los trabajadores como de los responsables del local. “Nosotros sólo nos disponíamos a comer fuera este domingo, no esperábamos esto”, lamenta el padre que ha expuesto la queja ante esta redacción.