Me dirijo a ustedes para exponer una situación que, como muchos ceutíes, estoy viviendo en primera persona. Hace una semana, antes de decretarse el Estado de Alarma, tuve que someterme a una intervención quirúrgica en la Península, programada desde hace más de un mes. Para ello, me desplacé junto con mi marido y mis dos hijas, ambas menores de 3 años. Unos días después, el Gobierno decreta el Estado de Alarma y adopta medidas estrictas, entre ellas, la interrupción indefinida del transporte de pasajeros que cubre la línea del estrecho. Entre tanto, la Delegación del Gobierno habilita un correo electrónico para solicitar una autorización imprescindible para embarcar. La cumplimentamos exponiendo razones más que justificadas para regresar a nuestro hogar; residencia, trabajo de ambos cónyuges, informe del cirujano y la fotocopia del libro de familia, dando cuenta de la corta edad de las menores. Así las cosas, nos encontramos los cuatro en la península, cumpliendo con el obligado confinamiento y sin obtener respuesta por parte de los responsables de la Delegación. Entendemos que serán muchas las solicitudes que han recibido, pero rogamos, por humanidad, que prioricen a los que precisen regresar al domicilio por razones médicas o en los casos en que haya niños pequeños, dado que son quienes más se ven afectados por estar fuera de su casa.