La Asociación Española de Guardias Civiles dio la voz de alarma sobre el funcionamiento de las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas en La Línea de la Concepción y Campo de Gibraltar. Unas organizaciones que han ido ocupando espacios sociales en la zona y creando una cultura del narcotráfico al más puro estilo de la mafia colombiana. Primero se hacen de un grupo incondicional de jóvenes y seguidores bien pagados que les dan cobertura, información y apoyo; después se hacen fuertes y no dudan en enfrentarse abiertamente a los guardias civiles y policías cuando tratan de abortar cualquier tipo de pase o actividad delictiva. El caso más sangrante y evidente fue el rescate de un jefe narco cuando era trasladado por agentes del Cuerpo Nacional de Policía al hospital comarcal de La Línea. Más es imposible de imaginar y de esperar.
“Estamos hartos de soportar desembarcos de narcolanchas en las playas”
Desgraciadamente estamos hartos de soportar desembarcos de narcolanchas en las playas mientras los bañistas se muestran sorprendidos; hartos de comprobar cómo se enfrentan a guardias civiles y policías; hartos de lesiones graves, incluso algún policía muerto por estas organizaciones que se enfrentan sin escrúpulos a las fuerzas de seguridad o envisten con sus vehículos robados cargados de droga a nuestros compañeros; por cierto, vehículos que son robados a ciudadanos decentes que sufren de forma directa el impacto de estas organizaciones criminales de narcotraficantes.
El Estrecho de Gibraltar es el punto de unión entre dos continentes y entre dos zonas de España, Ceuta y el Campo de Gibraltar, pero además es el nexo común entre las organizaciones dedicadas a este tipo de actividades delictivas. Difícilmente encontramos un pase de droga en el Campo de Gibraltar sin que exista un componente de unión entre narcos a ambos lados del Estrecho. Esa es la razón principal por la que desde AEGC pedimos con contundencia refuerzos de guardias civiles a ambos lados del Estrecho. Refuerzos para investigar y acabar con la actividad de estas organizaciones y, de este manera, acabar con las agresiones, amenazas, atentados, innumerables robos de vehículos y con la cultura del narcotráfico a ambos lados del Estrecho.
En Ceuta, una vez más, se da la típica frase circense “el más difícil todavía”: más difícil de entender y nos preguntamos ¿cómo es posible que desde hace años esté creada la Unidad de Seguridad del Puerto y sólo están destinados dos mandos? La respuesta, una incongruencia más y una evidencia más del chapuceo que existe en seguridad ciudadana en nuestra ciudad. No nos podrán tachar de demagogos ni alarmistas, porque si crearon la Unidad de Seguridad Fiscal es porque entendían que era necesario para la seguridad de todos los ceutíes.
Tenemos que soporta las críticas ciudadanas sobre los inmigrantes mayores y menores que deambulan por el puerto; tenemos que oír las quejas de los ciudadanos cuando en la entrada de vehículos hacia Algeciras ven a señoras vendiendo marroquinería insistentemente con el peligro de que las atropellen por falta de efectivos. Tenemos que desplegar en las escolleras equipos de guardias civiles detraídos de otros lugares, porque los asentamientos son ya sus casas permanentes más que un lugar improvisado. Tenemos que soportar que dos guardias civiles vigilen a más de treinta inmigrantes mientras se les instruye diligencias de rechazamiento o estancia ilegal en el Puerto de Ceuta. Tenemos que soportar que el guardia de puertas realicen entre otras funciones como la custodia de detenidos con la responsabilidad que ello conlleva.
Los compañeros de la Compañía de Seguridad Ciudadana realizan el servicio bajo mínimos soportando la continua presión de miles de porteadores que pueden provocar avalanchas con el consiguiente riesgo para las vidas de unas personas que tratan de buscarse un sustento digno y de nuestra propia seguridad.
“Se ha abierto una cárcel nueva y se pretende tener los mismos agentes”
Tampoco es demagogia decir que se ha abierto una cárcel de alta seguridad y se pretende tener el mismo número de agentes en plantilla que en la vieja prisión de Los Rosales, pero lo más preocupante es ver cómo han sido destinados sesenta guardias civiles a la recién inaugurada cárcel de Archidona. Además de todo esto, la Compañía de Seguridad Ciudadana tiene la misión de vigilancia de costas y fronteras en evitación del narcotráfico y la seguridad vial en la carretera de Benzú y Hacho, ambas de ámbito nacional.
El ministro del Interior y el director general de la
Guardia Civil han dejado solos a los guardias civiles a ambos lados del Estrecho y han vuelvo a incumplir la palabra dada a los guardias civiles al no reforzar las plantillas del Campo de Gibraltar y Ceuta como habían prometido. Nos han vuelto a engañar, porque pensábamos que después de tantas visitas a la Comarca del Campo de Gibraltar, minutos de telediarios y fotos con los guardias civiles que se enfrentan al narcotráfico en La Línea de la Concepción cumplirían su promesa de ampliar los catálogos de estos puestos, pero la decepción ha corrido una vez más entre todos los integrantes de la Guardia Civil.