La persona que
fue detenida en la noche de este domingo tras acceder al cuartel de la Policía Local de Ceuta con un arma blanca fue objeto de la realización de prueba PCR para saber si estaba contagiado de
coronavirus, ya que cuando se le tomó la temperatura antes de ser atendido de las heridas que él propio se lesionó tenía 38 grados. Esto provocó que los seis agentes de la
Policía que tuvieron que intervenir y que de alguna manera forcejearon con él para reducirlo quedaron aislados en el propio hospital a la espera de conocer el resultado de dichas pruebas. Finalmente, de madrugada, se conoció que las PCR dieron negativo y todo volvió a la normalidad. Es el riesgo derivado de una intervención complicada en tiempos de pandemia, en la que los agentes se ven afectados por sucesos que rozan el límite y que les sitúa en primera línea de posibles contagios. Los hechos, tal y como publicó El Faro de Ceuta, se produjeron cuando el detenido entró en el cuartel de la Policía, momento en el que fue interceptado por un agente que entraba de servicio y que le cuestionó su entrada en unas dependencias a las que no debe tener acceso cualquier persona. El sujeto respondió esgrimiendo un arma blanca con la que intentó acometer contra el efectivo policial. Los compañeros que estaban en el edificio actuaron rápidamente para evitar que se produjera la agresión con arma blanca que se dirigía no solo hacia este policía sino también hacia los demás que acudían a apoyar. El individuo al verse rodeado de agentes que le instaban a deponer su actitud, procedió a autolesionarse causándose cortes en distintas partes del cuerpo. Los policías pudieron reducirlo, no sin antes un forcejo que llevó a que hubiera contacto físico entre todos los participantes. Cuando se iba a proceder a su atención por parte de los sanitarios, se comprobó que tenía fiebre, saltando todas las alertas y activándose los protocolos. En el traslado del detenido al Hospital, que se hizo en un zeta del Cuerpo, este causó daños al reventar las lunas traseras del coche. Fue en el
HUCE donde se detectó que tenía 38 grados procediendo a la práctica de la PCR así como a informar a los policías actuantes que debían quedar en el recinto hospitalario ante el riesgo de que la prueba PCR diera positivo.