Este lunes se cumplen dos años de aquel 14 de marzo en el que la vida de todos cambió para siempre, incluyendo Ceuta. 24 meses desde que se decretara un Estado de Alarma nacional, que llegó sin ser esperado y se quedó más de lo que nadie hubiera imaginado jamás.
El primer caso de covid llegó a España el 31 de enero. Por aquellos días se hablaba del tema como algo lejano. Nadie pensaba que un virus salido de China iba a colarse en todos los hogares de una forma tan devastadora como fue capaz de hacerlo el coronavirus. Una enfermedad que no solo afectó a la salud, sino que puso patas arriba a todo un planeta, demostrando a la humanidad la fragilidad de su hasta entonces acostumbrado bienestar. El impacto del covid en Ceuta ha tenido su propia trayectoria. Singular, como casi todo lo que suele pasar en esta ciudad autónoma. El 13 de marzo, Ceuta se despertó con la noticia del cierre
de la frontera con Marruecos. Un cerrojazo que ha pasado una enorme factura no solo a los que transitaban a diario de uno a otro país, sino al conjunto de una ciudadanía que vio mermada la rentabilidad de sus negocios
por el cierre del Tarajal. Ese mismo día, viernes,
el Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP) y la Ciudad Autónoma acordaban, tras intensos contactos entre ambas Administraciones, que las clases de todos los niveles formativos quedaban suspendidas. Un parón que se fue extendiendo a todos los sectores, actos y eventos. El reloj se paró y la ciudad se quedó vacía. El silencio se apoderó de las calles, imperando una calma tensa que se colaba por cada rincón de una Ceuta que miraba tras la ventana a la espera de que dieran las ocho para salir a aplaudir a los sanitarios. Días de desconcierto, en los que los guantes y los geles se convirtieron en los únicos escudos protectores frente a un virus del que poco se sabía pero que en un instante había conseguido arrasar con todo.
Dos años después de aquella fecha, marcada para siempre en el calendario, en Ceuta el covid se ha cobrado 147 vidas y ha infectado a cerca de 20.000 personas. Sin hablar de la interminable lista de consecuencias que ha supuesto la pandemia a nivel social, económico y humanitario. Unos datos que comenzaron a sumar el 15 de marzo de 2020,
fecha en la que se detectó el primer caso de covid en Ceuta en una persona que había viajado a la Península y lo había traído importado. El aislamiento total de la ciudad evitó que la primera ola azotara intensamente a la ciudad a nivel sanitario. El primer fallecimiento también sucedió en los albores de la pandemia, concretamente el 27 de marzo,
se trataba de Juan García, jubilado del Cuerpo Nacional de Policía, al que en aquella primera ola se uniría solo unos días después su amigo Juan Rodríguez, también expolicía, y posteriormente Carmen, la tercera víctima de una pandemia que no hacía más que empezar, y a la que siguió la jovencísima Samra, que con solo 27 años perdió la batalla contra el covid dejando a una niña pequeña, de solo 3, y una familia rota. Su juventud causó un fuerte impacto social en Ceuta, en ese errático pensamiento que sostenía que esta enfermedad se cebaba solo con determinadas personas de una edad más avanzada. Fueron las primeras víctimas, solo un pequeño extracto de una larga lista de batallas que aún en 2022 se han seguido disputando de manera fallida hasta alcanzarse los 147 muertos. En lo relativo a las distintas olas vividas durante estos dos años, Julián Domínguez, jefe de la Unidad de Medicina Preventiva del
Hospital de Ceuta, explica que el primer período, comprendido desde el inicio de la pandemia hasta el 21 de junio de 2020, fecha en la que se terminó el primer estado de alarma en España una vez finalizada la primera onda epidémica, se contabilizaron 87 casos, siendo una etapa caracterizada por una letalidad elevada, baja mortalidad e insuficiencia de medios diagnósticos importante. El siguiente ciclo, denominado por Domínguez como interpandémico, fue desde el 25 de junio hasta el 13 de julio de 2020, una fase tranquila en Ceuta, con cero casos y cero ingresos registrados. Desde el 22 de junio hasta el 6 de diciembre de 2020, el experto habla de punto de inflexión de la incidencia acumulada a 14 días de casos entre el segundo y el tercer periodo epidémico. En este tiempo, indica que se dio la segunda onda epidémica en Ceuta, que transcurrió del 14 de julio al 25 de diciembre de 2020 y en la que se contabilizaron en la ciudad 2.831 casos, un tiempo caracterizado por su relación con la interacción y movilidad veraniegas, y otros periodos festivos, así como la introducción del test de antígeno para sintomáticos en octubre inicialmente y en punto específico de la consejería de sanidad, para los contactos mediante test de antígeno.
Desde el 7 de diciembre de 2020 hasta el 14 de marzo de 2021, Domínguez habla de punto de inflexión de la IA a 14 días de casos, entre el tercer y el cuarto periodo epidémico. La tercera onda epidémica, del 26 de diciembre hasta el 15 de marzo de 2021, anotó 1.860 casos, según Ingesa, y se destacó por su relación de forma directa con las fiestas navideñas y por un importante brote en un centro de menores y entrada de la variante Alfa. El experto sitúa un cuarto período desde el 15 de marzo hasta el 19 de junio de 2021, situando en esta franja la cuarta onda en Ceuta, del 16 de marzo al 15 de mayo de 2021 periodo en el que se contaron 921 casos y en el que influyó la movilidad e interacción en las fiestas de Semana Santa y semana blanca del sector educativo, el nulo efecto del Ramadán sobre la curva epidémica y la introducción de PCR adicional a los tests de antígeno negativos en casos sintomáticos, así como la ampliación del rastreo de contactos a más de las 48 horas previas, la repetición de test de antígeno y/o PCR en contactos y la ampliación a contactos no estrechos para su estudio. Del 20 de junio al 13 de octubre se dio a nivel nacional el quinto período de la pandemia que, según el experto, en Ceuta fue un tiempo tardopandémico de comportamiento endemo-epidémico que se prolongó desde el 20 de mayo hasta el 30 de junio con 207 casos, caracterizados principalmente por los casos producidos tras y por la avalancha migratoria desde Marruecos. Desde el 1 de julio y hasta el 9 de noviembre se dio el séptimo período y la quinta onda epidémica en Ceuta, con 1.599 casos confirmados, vinculados a su relación con la interacción y movilidad veraniegas, a brotes en centros de acogida de inmigrantes, y a la detección de la variante Delta, con un incremento acelerado de la transmisibilidad, pero baja afectación de la gravedad, y consecuente baja ocupación asistencial. A partir del 14 de octubre y hasta la actualidad se empredió el sexto ciclo. En Ceuta fue el octavo periodo, iniciado el diez de noviembre con la llegada de la sexta ola que se definió por la aparición de dos brotes iniciales, uno socio-religioso y otro en una residencia, y que continuó con un brote sociofamiliar-laboral que superó los 50 casos, y un comportamiento explosivo similar al producido en Sudáfrica, que llegó a más de 6.300 casos por cien mil el 21de enero de 2022. Una etapa en la que se dieron cerca de 12.000 casos de un total de algo más de 19.000 registrados en toda la pandemia.
Una situación que vino de la mano de la variante Ómicron, con muy alta transmisibilidad, muy baja letalidad y un gran aumento de asistencias sin ingreso en urgencias hospitalarias. Entre los puntos de inflexión vividos en la pandemia sin duda el más destacado
fue el inicio de la vacunación. Las primeras dosis llegaron a la ciudad en los últimos días de diciembre de 2020. 545 dosis para vacunar al personal sanitario que luchaba en primera línea contra el virus. Desde entonces, se activó el mecanismo para lograr administrar el mayor número de pautas entre la ciudadanía.
La Ciudad realizó un esfuerzo importante, con campañas móviles a través de la denominada RULE y jornadas de puertas abiertas que se celebraron incluso en días festivos. Un trabajo que aún continúa y gracias al cual más del 90 por ciento de la población objetivo ha recibido ya al menos una de las pautas contra el covid y un 86,9 por ciento están vacunados al completo. Dos años después de aquel marzo de 2020, el coronavirus sigue presente. Actualmente, parece haber aminorado su fuerza. Pero, si algo ha dejado claro este virus, es que es capaz de sorprender cuando menos se le espera y atacar con fuerza cuando parecía estar aletargado. Poco se sabe de si vendrán más olas o de si, como muchos aseguran, el covid se volverá endémico, como una enfermedad más. Lo que está claro es que pocos olvidarán estos 24 meses que cambiaron nuestra vida para siempre.
Las calles de Ceuta quedaron vacías
El 14 de marzo de 2020 el presidente del Gobierno de España decretó el Estado de Alarma para un país al que la pandemia le pillaba de sorpresa y que no intuía, ni de lejos, lo que se le vendría encima en los próximos meses. Tiempos duros en los que las calles de la ciudad se quedaron vacías y el silencio lo inundó todo generando una calma tensa solo interrumpida por los aplausos de las ocho de la tarde a los sanitarios y el sonido de las ambulancias cuando trasladaban a algún enfermo.
Un espacio libre para el diagnóstico
El Punto covid abrió sus puertas en la explanada de Loma Colmenar el 10 de noviembre de 2020 para ofrecer a los ceutíes un espacio al que acudir al aire libre para poder realizarse la prueba del coronavirus. Un servicio que fue ampliando sus horarios y que, hasta la fecha, ha realizado 82.470 pruebas.