“En unos pocos se reconocen los méritos de muchos”. Esta frase le gusta de forma particular a Jesús Narciso Núñez Calvo, coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz y doctor en
Historia que con esta sentencia resume en buena parte la conferencia que ha impartido en La Inmaculada de Ceuta bajo el título de
‘Héroes de Regulares’. En la charla se ha adentrado en la vida del general José Enrique Varela Iglesias para componer a partir de su compleja figura un recorrido más amplio sobre las que son las
fuerzas más condecoradas dentro de todo el ejército español. La ponencia, enmarcada en los
actos del 111 aniversario de la creación de las Fuerzas Regulares en Ceuta, ha servido para seguir sacando lustre a la rica historia de estas fuerzas tan unidas al corazón de la población caballa. El coronel, que es el delegado en Andalucía de la Asociación de Militares Escritores y cuenta con numerosas publicaciones en este ámbito, ha subrayado que la relevancia de Regulares no solamente se observa en su enorme ristra de condecoraciones sino que también son “impresionantes” las cifras de sus 90.000 bajas en combate, con alrededor de 15.000 muertos. “El resto serían heridos de gravedad, mutilados o afectados, que son todos aquellos que desaparecen y nunca se sabe muy bien cómo terminaron pero tienen mucho valor en la historia”, ha destacado el conferenciante. Núñez Calvo ha llamado la atención sobre que además se da la circunstancia de que el Grupo 54 de Ceuta “es el depositario de más corbatas, las cintas que tiene la enseña nacional entre condecoraciones individuales y medallas colectivas”. Uno de los regulares con más significado fue el teniente general Varela: “Sé que hace no mucho también hubo una conferencia sobre González Tablas, que da nombre al cuartel, pero yo decidí elegir a Varela porque su historia es la de una persona de extracción humilde que llegó incluso a ser ministro del Ejercito” con el Gobierno franquista, ha remarcado.
Un general que no olvidó el traje color garbanzo de Regulares
Aunque nacido en la localidad gaditana de San Fernando, la vinculación del general con Ceuta es total. De hecho, hace unos años su hija, Casilda Valera Ampuero, donó el fajín de su padre a la patrona de la Virgen de África. Asimismo, el historiador ha concretado que el hecho de hablar de su figura ahora tiene sentido ya que en septiembre de este año se cumple el centenario de la imposición de la imposición de sus dos cruces Laureadas de San Fernando, la condecoración más alta que puede recibir un militar español que recibió en la Plaza de España de Sevilla a manos del rey Alfonso XII. “Fue el único que vivió con la cruz, puesto que por siempre se imponen a título póstumo salvo en su caso”, ha afirmado el doctor en Historia. Según el ponente, cuando muere en Tánger en 1951 las hemerotecas de la época señalan que cuando llevan su cuerpo para embarcar en Ceuta “nunca ha habido un duelo con tantísimos miles de personas como se congregaron en Ceuta”. Igualmente, en la charla se ha detallado el recorrido de un militar con orígenes humildes, hijo de un sargento de Infantería de Marina de la banda de tambores y cornetas y de una lavandera, que llegaría a ministro. También fue alto comisionario de España en el Protectorado de Marruecos desde 1945 hasta su fallecimiento seis años después. “Siendo alto comisionario en territorio marroquí nunca dejó de llevar el uniforme de color garbanzo del Grupo de Regulares 3 que era el de Ceuta”, ha señalado el académico sobre el sentimiento de pertenencia que tenía Varela en estas fuerzas con orígenes indígenas. El historiador se ha apoyado en imágenes de archivo para poner cara a los protagonistas de una época. Una etapa que aún vive: “La historia militar de Ceuta no se puede entender sin Regulares, pero hoy además de ser unas fuerzas operativas son importantes como depositarias de valores y tradiciones, que son dos cosas que aportan moral y espíritu a los militares”, ha manifestado Núñez, quien cree que pese a que aumentan los libros y las publicaciones. todavía queda mucha pequeña historia por conocer sobre estas fuerzas. Hasta el punto de que no existe ninguna tesis doctoral universitaria al respecto.