Tanto José María Rodríguez como Yolanda Merelo han decidido dar el salto a la política convencidos de que la ciudadanía debe implicarse en los problemas de su entorno. Confiesan que el surgimiento de Vox les despertó la confianza de participar por primera vez en una campaña de esta índole, para unas elecciones que están catalogadas como trascendentales.
Defienden la ideología de su partido y se enorgullecen de poder decir las “cosas claras”, sin esconderse. Esperan que este domingo muchos ciudadanos piensen igual que ellos y den un voto de confianza a esta formación emergente.
-Son ustedes profesionales en distintos ámbitos, docente y enfermera, ¿por qué meterse ahora en política? -JMR: A Yolanda y a mí nos ha pasado lo mismo, veíamos una situación de crisis institucional, de crisis económica bastante acentuada en nuestro país y veíamos que los partidos tradicionales estaban intentando solucionar el tema, pero de espaldas a la ciudadanía. Y surgió Vox, como le pudo ocurrir a Podemos en su momento con otros parámetros políticos completamente diferentes, que era un partido mucho más abierto a la presencia ciudadana y menos dependiente de políticos profesionales. Fue un reto, un ofrecimiento de determinadas personas y yo creo que los ciudadanos españoles nos tenemos que echar un poco hacia adelante en ciertas cuestiones.
-Parece que Vox está siendo la revelación de estas elecciones, ¿por qué creen que han despertado tanta expectación? -YM: Somos un partido que decimos las cosas muy claras y tocamos unos puntos muy calientes que ningún partido político se atreve a tocar. Entonces eso molesta a determinados sectores. Nosotros exponemos lo problemas tal y como los vemos. Simplemente en eso radica.
-La ideología de Vox ha revolucionado el panorama político español, ustedes presumen de que no esconden nada y eso ha despertado tanto simpatía como rechazo. ¿Les sorprende las cosas que dicen de Vox? -JMR: Los partidos tradicionales tenían como un statu quo: yo no toco determinados tema, lo hago de una manera muy superficial, esperamos a ver si se arreglan solos… En el fondo es lo que se ha hecho con muchas cosas, lo estamos viendo a diario, hasta que han llegado a un momento de crisis institucional. Nosotros en Vox pensamos que los problemas hay que afrontarlos, por supuestos dentro del concierto democrático y de los derechos de los ciudadanos, pero que no hay que estar constantemente obviándolo porque quede un año de elecciones, por perder votantes… Todo esto queda muy políticamente correcto, pero al final es dejar a ver si en la legislatura siguiente lo hago o si ya no salgo que lo haga el siguiente y ya se lo criticaré.
En el fondo era un acuerdo tácito entre los dos grandes partidos de la Transición, el no afrontar. Empezó siendo algo bueno que le daba moderación al discurso político español, que un poco se copió de países europeos democráticamente más consolidados, pero que todas las virtudes al final se convierten en un vicio y esto se ha convertido en un vicio de dejarlo todo para el año siguiente, porque a lo mejor pierdo las elecciones o porque esto me puede hacer perder las elecciones. Esta es una nueva forma de hacer política, que no está fuera del concierto democrático ni de los derechos, la gente está muy confundida.
-¿Cómo definen el perfil de los ciudadanos que puedan votarles este domingo? -YM: Creemos que cualquier tipo de votante, de izquierda o de derecha, cualquier ciudadano de la calle que esté un poco quemado, por llamarlo de alguna forma, de los políticos actuales que solamente quieren vivir a costa de nuestro dinero, de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo y nosotros estamos viendo que esta situación no se va a mantener de cara a nuestras pensiones, al paro, nuestros problemas. Creemos que cualquier ciudadano enfadado, cabreado, puede tomar parte, por qué no. Ya está bien de la partitocracia que hay actualmente
JMR: Es un partido trasversal que precisamente que intenta agrupar al máximo posible que sienten que el sistema democrático empieza a hacer aguas en ciertas cuestiones y que estamos a tiempo de reflotarlo y de poder mejorarlo. Mirar para otro lado, no participar políticamente no va a servir de nada. Eso es lo que mueve la sensibilidad de muchas clases medias que la crisis ha mermado mucho su bienestar. Luego tenemos soluciones como las de Podemos que suenan muy bien en la calle, pero a veces son bastante radicales e irrealizables.
-En el programa de Vox que se presenta para estas Elecciones Generales hay varios puntos que tienen a Ceuta como protagonista, sobre todo en cuestión migratoria, ¿qué tan factible es la construcción de ese muro que proponen o las políticas en materia de devolución? -JMR: Es verdad que las leyes europeas en encorsetan bastante a los estados miembros de la Unión Europea, pero lógicamente la Unión Europea no deja de ser una suma de estados, con sus intereses particulares, que los organismos europeos intentan controlar y llevar políticas únicas, pero no sabemos si, por fortuna o por desgracia, esas políticas únicas tienen muchos tintes de intereses particulares. Hay que llegar a grandes acuerdos europeos y hay que cambiar las leyes, pero no hay que pensar que las leyes europeas son intocables. Las leyes europeas son como las de otros organismos estatales, que están ahí dentro de unos límites de la democracia y de la libertad, para modificarlas según las necesidades de las épocas. Lo del muro, desgraciadamente, ahora mismo es necesario, dentro de cien años ya no será necesario. No es que queramos construir un muro porque es lo último y definitivo, simplemente es la solución, seguramente, parcial y con una duración de tiempo, de un problema que es la inmigración masiva subsahariana o magrebí, en muchas ocasiones.
Hay que replantar el sistema. Europa es muy grande y es verdad que tiene una especial atención a los Derechos Humanos y que pensamos que las corrientes migratorias las vamos a poder absorber y lo vamos amortiguando. Nosotros creemos que hay que tomar ahora medidas más decididas con respecto a estas personas, no cruentas en un principio, pero que deben proteger los intereses de nuestros ciudadanos.
-De llegar al Senado, ¿cuáles son los asuntos que hay que atender con mayor urgencia para Ceuta? -YM: Por supuesto la seguridad, es muy importante. Tenemos que tener una frontera en condiciones y evitar la inseguridad que hay en Ceuta en cuanto a MENA, población que está deambulando, que no se sabe exactamente que está haciendo, pero que está delinquiendo y los ciudadanos no estamos protegidos, no estamos seguros en determinadas horas y en determinados sitios. Yo creo que es lo más importante para la ciudad de Ceuta y lo que vamos a poner en valor. Y también el paro.
JMR: Ceuta es cierto que, no es que hayamos empeorado durante la Transición, pero el statu quo de Ceuta se ha mantenido en una especie de limbo legal-internacional. La zona del Estrecho en sí, las fronteras con Gibraltar, los espacios marítimos con respecto a Gibraltar y Marruecos se han ido como alterando y España en ese sentido quizás haya llevado una política de buena vecindad, una política moderada que siempre es interesante que funcione la diplomacia. Pero hemos visto que los ceutíes y los melillenses nos hemos quedado en tierra de nadie, en un limbo, en un sitio que no se sabe. La mejor representación es una frontera súper permeable, que a pesar de la vaya, todos los días entran a comprar o a trabajar miles de personas, que vuelven a salir sin ningún control, algunas se quedan en Ceuta, otras intentan ir al puerto a colarse en un barco como polizón. Para mantener ese statu quo español de no molestar a nadie, y está pasando en el Campo de Gibraltar donde se está creando una zona al margen de la ley, nos hemos convertido en tierra de nadie y eso, en un Estado constitucional, no lo podemos permitir. Hay que hacer valer la ley desde una punta a otra de España y en Vox pensamos eso. El sistema democrático se basa en la ley y en la autoridad. En el caso de Ceuta vamos a pedir soberanía, seguridad, vuelta a una estabilidad y por supuesto, una reactivación económica. Son los dos temas fundamentales que vamos a llevar al Senado, una reactivación económica y por supuesto la recuperación de soberanía y de seguridad.