La atención a la infancia con trastornos del espectro
autista en Urgencias del
Hospital Universitario de Ceuta (HUCE) sigue en el punto de mira.
Tras la publicación de la espera de una niña de siete años que duró horas para entrar en consulta, este viernes han aparecido nuevos testimonios. Uno de los más lacerantes, el caso de un niño de seis años con autismo que pasó cinco horas en los pasillos del Servicio de
Urgencias del clínico
de Loma Colmenar. Su familia interpuso una reclamación en Atención al Paciente en la que expuso su versión de los hechos ocurridos del 25 al 26 de febrero. Como explica la familia del menor, “estuvimos esperando más de cinco horas porque no nos informaron de que a mi hijo había que hacerle otra analítica. Después de estar aguardando y ver que nadie aparecía, fui a preguntar al médico y fue quien me dijo que había que hacerle una segunda prueba pero teníamos que esperar hasta las 8.00 horas”. El pequeño, como indican sus padres, llevaba tres días con vómitos y diarrea y, cuando acuden a Urgencias del HUCE, reciben este trato que califican de “inhumano”. “Estoy indignada porque estar con un niño con autismo de seis años en el pasillo (porque mi hijo no aguanta estar con personas) no es normal” ya sean menores o adultos, expone en su queja por escrito. Pero su mala experiencia no acabaría aquí.
Como eran las 4.00 de la madrugada y tenían que esperar hasta las 8.00 para la analítica pidieron que el menor subiese a la planta de Pediatría. “Me respondieron que por la noche la gente que está en Urgencias no puede ser ingresada en planta”. Entonces, ¿iba a pasar toda la noche con su hijo en una silla del pasillo? “Me dijo que ese es el protocolo del Hospital”, lamentan los afectados.
“Esto no se lo deseo a nadie”
Fue entonces cuando vieron una cama de la
“antigua zona COVID” y acomodó allí a su hijo para que pudiese descansar el resto de la noche. “Es inhumano dejar a un niño como estaba, sin mantas ni nada, le tuvimos que poner unas bufandas; me tuvieron como a un indigente”, protesta su familia. Su hijo es autista y, se abre en canal, “nadie sabe lo que mal que se pasa hasta que lo padece en sus carnes”. Más aún si lo ve en un hospital donde uno “cree que lo van a atender bien pero es todo lo contrario: me he sentido indignado al ver a mi hijo desatendido y que nadie denuncie lo que está ocurriendo en nuestro hospital y en nuestra ciudad. Esto no se lo deseo a nadie”. A su juicio, que casos como los de su hijo y el de la niña de siete años estén ocurriendo resulta “incomprensible” en uno de los hospitales “más modernos de España”.